Cuando Marx, allá por 1862, desarrollaba la teoría de la plusvalía (léase ganancia) entendida elementalmente como el trabajo no pagado por parte del capitalista al trabajador; ponía en debate el punto crítico y básico del sistema capitalista en el mundo y a través del tiempo. Me refiero a la obtención de ganancias por parte de la inversión del capital.
Para el socialismo, las utilidades un día deberían ir reduciéndose hasta llegar a ser repartidas en su totalidad a los trabajadores, quienes venden su mano de obra (o intelecto) a cambio de una paga incompleta, lo que al final de un período se llega a conocer como ganancia. En el Ecuador actual, no se puede cuestionar la obtención de utilidades, en actividades lícitas, pero si se puede redistribuirlas parcialmente a través del pago de impuestos.
El código de la producción estableció algunos incentivos, entre ellos para la banca, una rebaja de 10 puntos en el Impuesto a la Renta por el simple hecho de reinvertir las utilidades que se obtengan y destinarlas a préstamos productivos; es decir, se premia por cumplir con su razón de ser.
Además de retirar ese estimulo, deberíamos considerar como sociedad que el Impuesto a la Renta no baje al 23% para el 2012, por lo menos que se mantenga para las sociedades en el 24% del 2011; recordemos que para las personas no baja el porcentaje sobre la fracción excedente de la renta aunque el impuesto sobre la base fija baja unos 1 000 dólares. Son quienes más ganan quienes más deben aportar al país y al financiamiento de proyectos específicos. Qué mejor que predestinar un incremento de impuesto donde se pueda ver con claridad lo que se hace con los aportes impositivos de los bancos.