En razón de los múltiples agravios recibidos por mi función hace 26 años como Asesor del ministro de Gobierno Luis Robles Plaza, durante el gobierno del Ing. León Febres-Cordero, he optado por ignorar las infamias pero afrontar un juicio. Así sucedió cuando fui acusado por un colombiano como uno de los responsables de la muerte de los menores Restrepo Arizmendi. Finalmente fui absuelto y de este fallo, los diarios publicaron la información respectiva en su momento.
De acuerdo a informaciones de prensa, el ministro de “Justicia” José Serrano presentó una demanda contra mí por supuestas violaciones a los derechos humanos, precisamente ante la Comisión Interamericana de DD.HH. El ministro Serrano olvida que a esa instancia se recurre cuando se agotan las posibilidades de justicia en el país (como el caso de los 9 presuntos ladrones de “La Custodia” y otros bienes de la Iglesia robados el 2007 en Riobamba) entonces el Sr. Pablo Díaz Naranjo presentó una denuncia formal ante la CIDH, por secuestro, tortura, muerte y desaparición de 9 presuntos delincuentes autores del robo, denuncia en que lo acusa al presidente Correa, a su entonces secretario Javier Ponce y más responsables.
Ahora el canciller Patiño trata de acusar a la CIDH de querer meterse en “asuntos internos” cuando el mismo Gobierno presentó una denuncia contra mí; o sea, allí era un excelente tribunal para que acusen a Gustavo Lemos, pero ahora sí está mal que la misma Corte pretenda juzgar los abusos de Rafael Correa.
Señor Patiño, ¡sus argumentos son de un niño!