Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), más de 900.000 ecuatorianos consumen bebidas alcohólicas; unos son bebedores sociales, otros consuetudinarios, es decir enfermos de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La adicción es una enfermedad y no un vicio; así la entiende AA, que llegó al Ecuador procedente de EE.UU. hace 84 años y ahora tiene más de 300 grupos; no está afiliada a ninguna religión, partido político o institución alguna, no recibe contribuciones ni le cobra a sus miembros, a diferencia de las clínicas de recuperación pagados.
El único requisito para ser miembro de AA es querer dejar de beber; el anonimato es la base espiritual de sus tradiciones; son importantes sus legados de recuperación, unidad y servicio. Nada es exigido en AA. Asisten voluntariamente a reuniones diarias, para compartir experiencias, ya que descubrieron que conversando de sus problemas se vuelven fuertes y no beben; mediante un programa sencillo de 12 pasos logran un despertar espiritual.