Una buena administración se caracteriza cuando: la planeación, organización, ejecución, control y factores externos son analizados continuamente con el fin de evitar problemas y lograr satisfacciones en los beneficiarios, para nuestro caso, el pueblo ecuatoriano. En la Planeación observamos que los objetivos carecen de políticas prácticas y no tienen previsiones. Tomaré como ejemplo el de los hospitales. Tienen instalaciones y equipos pero son subutilizados, debido a la organización informal del personal donde la delegación de autoridad no es estable por los despidos masivos, etc., por lo tanto la ejecución de los servicios a los pacientes no es oportuna ni alcanza a todos los necesitados, además, se focalizan fallas en la comunicación y la falta de incentivos a los profesionales. No existen unidades de control que optimicen los costos y calidad de medicinas, equipos, usos del tiempo y cantidades apropiadas. En cuanto a los factores externos, sería bueno que miren la competencia de hospitales privados, los mismos que manejan, la gran mayoría, un nivel superior de excelencia sobre los públicos a pesar de las limitaciones económicas. No puede haber cambio social sin una gestión oportuna y de beneficio para el pueblo.