Al cumplirse 10 años del ataque armado al hospital de la Policía, es necesario analizar los acontecimientos de ese día y obtener conclusiones para que nunca más se repita una situación como esta en la que se cobró la vida de civiles inocentes.
Una vez que estalló el conflicto este fue avivado por el Jefe de Estado, quien cual caporal de la penitenciaría, desafió a los protestantes, no consideró la negociación y el diálogo para solucionar el conflicto, por el contrario, junto a su guardia pretoriana vejó a los manifestantes e incluso a familiares que apoyaron a los policías.
Luego de concertar un ataque armado contra el Hospital de la Policía, crimen de lesa humanidad indicado en el Estatuto de Roma, inició la persecución contra los opositores políticos y todo aquel que ejerció su libertad de expresión y era inconveniente para el Jefe de Estado, quienes debieron pagar injustas penas en la cárcel, entre ellos César Carrión, coronel de la Policía quien desmintió las declaraciones del Jefe de Estado.
Como conclusión se puede señalar que el 30 de septiembre de 2010 fue el día de la infamia, el día en que por conveniencias políticas se ordenó atacar a un hospital lleno de civiles inocentes, el día en que se manipuló a la ciudadanía y se montó una perversa y barata obra de ficción para vencer adversarios políticos.
Respecto del autor, ahora ya es formalmente reconocido como un delincuente sentenciado y prófugo, que la historia recuerde sus perversas acciones. Javier Lasso Flores