En las últimas semanas, una nueva ola de covid-19 ha afectado gravemente al país sudamericano provocando altas tasas de mortalidad y la saturación de los centros de salud, mientras que el acceso a la vacunación continúa siendo un gran desafío. Médicos Sin Fronteras colabora con las autoridades sanitarias del norte de Lima para dar respuesta al brote.
Una ola mortal de covid-19 está agobiando a Perú, donde los hospitales se encuentran al borde del colapso y enfrentan una escasez crítica de suministros de oxígeno, mientras las tasas de infección aumentan por la presencia de la variante P1, comúnmente conocida como la variante brasileña. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)[1], durante la primera semana de abril, el país, con una población de alrededor de 33 millones de habitantes, registró un promedio de casi 10.000 nuevos casos y 300 muertes por día. El número de fallecimientos representó un aumento de más del 50 por ciento con respecto a la semana anterior. Frente a esta situación, el país sufre hoy la mayor cantidad de exceso de muertes en el mundo en relación a su población[2]. El personal médico ya alcanzó el máximo de su capacidad y los recursos de cuidados intensivos son insuficientes para satisfacer las necesidades. Estos problemas se ven aún más agravados debido a la falta de acceso a la vacunación: sólo el tres por ciento de la población ha recibido al menos la primera dosis. Todo esto impide que el sistema de salud pueda brindar una respuesta adecuada al brote.
Tras una evaluación realizada algunos meses atrás, Médicos Sin Fronteras (MSF) desplegó una intervención de emergencia en colaboración con las autoridades sanitarias de la provincia de Huaura, al norte de Lima, donde el hospital regional ubicado en la capital provincial, Huacho, sufre una grave escasez de personal ante el aumento del número de casos de covid-19.
Equipo de MSF en Huacho, Perú, donde MSF ha lanzado una intervención en respuesta al brote de COVID-19, en colaboración con las autoridades sanitarias locales. Foto: Jean-Baptiste Marion/MSF
“Nuestra intervención tiene dos objetivos principales”, explica Jean-Baptiste Marion, jefe de misión de MSF en Perú. “Queremos ayudar a aliviar la presión sobre el hospital de Huacho y el sistema de salud local a través de una instalación auxiliar, donde podemos tratar a los pacientes con covid-19 y proporcionarles oxígeno cuando sea necesario, para evitar que lleguen a un estado crítico. Hoy, muchos de estos pacientes que no son casos críticos terminan en el hospital de Huacho, saturando las instalaciones. Además, para complementar esta actividad, trabajamos con redes comunitarias para mejorar la detección temprana de casos, buscando identificar a los pacientes y brindarles el nivel de atención necesario antes de que su condición empeore y terminen en condiciones críticas”.
Los equipos de MSF también apoyan la unidad de cuidados intensivos del hospital de Huacho, para mejorar el tratamiento y estar presentes en todo el flujo del paciente.
El enfoque adoptado por MSF se basa en un centro de internación de 50 camas que está conectado al hospital de Huacho y una red de centros de salud locales. La mitad de estas camas están equipadas para un aislamiento controlado clínicamente, mientras que la otra mitad puede proporcionar oxígeno a los pacientes, incluso para aquellos que se encuentran en una condición severa.
Personal médico de MSF visita a pacientes en el recién inaugurado centro de internación de 50 camas que está conectado al hospital de Huacho, en la provincia de Huaura, Perú. Foto: Jean-Baptiste Marion/MSF
El país ha alcanzado un total acumulado de más de 1,7 millones de casos de covid-19 y más de 57 000 muertes[3]. Un problema importante que han observado los equipos de MSF en el terreno es que las personas a menudo se muestran reacias a buscar atención médica en los hospitales cuando comienzan a mostrar síntomas, entonces optan por consultorios privados (que no siempre pueden adaptarse para ofrecer el nivel requerido de atención) o incluso por la automedicación. Si bien esta renuencia puede ser común en otros países del mundo, las consecuencias son devastadoras para un sistema de salud que está desbordado. En muchas ciudades, la gente hace fila durante la noche y duerme en la calle para llenar sus tanques de oxígeno de los pocos reservorios en funcionamiento, con la esperanza de poder cuidar a sus familiares en casa.
Por esta razón, MSF colabora con las actividades de promoción comunitaria de las autoridades locales para garantizar que los pacientes de covid-19 en la provincia sean identificados cuanto antes y puedan buscar atención médica de la manera más directa posible.
“Hoy, mejorar la detección y el tratamiento de los pacientes es una prioridad”, concluye Jean-Baptiste Marion. “Sin embargo, hasta que no haya un avance urgente en el acceso a la vacunación, es difícil esperar una mejora en el corto plazo”.
El personal de MSF examina los medicamentos y los equipos que acaban de recibir para apoyar la intervención COVID-19 en la provincia de Huaura, al norte de Lima, Perú. Foto: Jean-Baptiste Marion/MSF