La Casa Blanca, con Donald Trump a la cabeza, asestó un golpe a México. Amenaza imponer gravámenes si no controla los flujos migratorios.
Dos temas distintos con consecuencias diversas, pero ambos complejos a la luz de unas relaciones indispensables.
Días atrás se anunciaron esfuerzos por ratificar en el senado los Tratados de México con EE.UU. y Canadá. Pero el anuncio de Trump patea este y otros tableros. El Presidente de México respondió y Trump replicó como un trueno: está furioso por los flujos migratorios y además exige que México controle los carteles de droga. Temas delicados y que han sumido a México en una tensa situación humanitaria y un descontrol en seguridad.
México ha recibido gigantes masas humanas. Personas que huyen de la miseria y que provienen de Guatemala, Honduras y otros países centro y sudamericanos para el ‘sueño americano’. Uno de los discursos duros y reiterativos de Trump como precandidato, candidato y Presidente ha sido impedir su paso. Está el tema del muro (una vergüenza humanitaria). CNN presenta reportajes de la gigantesca barrera y el trabajo de empresas norteamericanas a costos millonarios.
Los migrantes sin papeles en regla han sufrido el embate de un pensamiento ultraconservador y hasta xenófobo. Toda una contradicción en un país formado por de personas procedentes de todas partes del mundo.
El narcotráfico y la violencia han puesto a México en primera plana. La sangre marca el día a día y el millonario y sucio negocio empaña todo.
Estados Unidos lo ve como un tema que se sale de las manos. Es una economía subterránea que todo lo afecta y pone en riesgo la salud y seguridad de millones de personas en ambas orillas del Río Bravo.
Si EE.UU. impone aranceles a México la economía mexicana sufrirá destrozos. Pero también los estados dominados por políticos republicanos tendrán afectación, según expertos de Bloomberg. Un nuevo punto de conflicto y tensión.