Aunque las cifras oficiales del covid-19 en el gran continente africano son incipientes, se teme lo peor.
En tan solo una semana el dato de contagiados es de 769 frente a los 149 que, según el portal de noticias Infobae, tenía hace siete días África.
Los casos, según las fuentes oficiales todavía se mantienen en la fase de importados (personas que llegan de otros lugares y dan positivo). Pero podría haber subregistro.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que ‘se teme lo peor’.
Hay 54 países en todo el continente, de ellos, 40 países ya tienen el virus. Egipto y Argelia son los países más infectados.
Los riesgos son más grandes por las deplorables condiciones de salubridad.
La campaña mundial de lavarse las manos no es fácil de cumplir en África. Millones de personas no tienen agua, muchos apenas si acceden al líquido vital.
En el norte subsahariano 258 millones no tienen agua para lavarse las manos. En buena parte del continente hay otros azotes terribles: la desnutrición y el VIH.
Hay varios focos de guerras civiles y guerrillas integristas islámicas que matan sin piedad. Ahora, tras cuernos, palos.
Las interrogantes más infelices a esta hora son tremendas. Si Estados Unidos no tendría una gigante capacidad hospitalaria si la pandemia se desboca. Si vemos el triste cuadro de Italia con los ataúdes arrumados por las miles de muertes, ¿qué podría suceder en varios países africanos cuya población padece por el hambre, la pobreza y la insalubridad?
El director de la OMS, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, llamó a su continente a despertar, según informa la agencia de noticias Europapress. La advertencia es clara: hay que prepararse para lo peor si la contención de estos días se desborda, cosa muy probable.
Es verdad que el consuelo es que los africanos son en su mayoría jóvenes, pero esos sectores también son vulnerables ya que las condiciones de salud son deplorables. El mundo debe actuar ya con ayuda humanitaria.