Análisis internacional

La columna se enfoca en alguno de los más importantes temas de la semana de impacto mundial y latinoamericano. Aspectos políticos y de coyuntura con fuentes de medios internacionales acreditadas. Otros artículos del autor: http://bit.ly/GnzloRuiz

Gonzalo Ruiz Álvarez

Gonzalo Ruiz Álvarez es Subdirector Adjunto de este Diario desde 2008. Ha sido articulista de opinión en EL COMERCIO desde 1991. Dirige el espacio de opinión matutino en Radio Quito y Platinum FM. Ha trabajado en radio y TV desde 1978.

Beirut, el París y la Suiza, mil veces en ruinas

Mientras todavía el dolor está fresco y la carne viva de los miles de heridos y los muertos se siguen contando, se exige respuestas.

Las manifestaciones populares en las calles de Beirut piden responsabilidad a los altos cargos. Los ministros han sido acosados por una multitud indignada. Varios legisladores han renunciado y el Presidente habla ahora de un posible atentado con misil.

Pero lo cierto es que el nitrato de amonio almacenado en gigantes cantidades en el puerto era y fue, literalmente, una bomba.

Los expertos comparan la explosión como la tercera más fuerte desde Hiroshima y Nagasaki. Irónicamente este 6 de agosto se recordaba un aniversario de la bomba atómica que puso fin a la II Guerra Mundial.

Beirut y todo Líbano atraviesan una crisis económica que en meses pasados lanzó a las calles a miles de manifestantes contra el manejo fallido del Gobierno.

Pero la historia de Líbano ha estado signada por la tragedia, la guerra y la muerte.

Muchos compararon siempre a Beirut con países y ciudades europeas. La costa mediterránea de Beirut, se decía, era el París del Oriente Próximo.

Y las finanzas prósperas de otrora llevaban a comparar al Líbano con Suiza.

El pequeño enclave libanés fue ocupado por fuerzas de conquista. Desde ejércitos árabes ancestrales hasta potencias europeas. El primer Presidente extranjero que se hizo presente tras la tragedia fue el francés Emmanuel Macron, una prueba de lo dicho y de los vínculos de Líbano con Francia.

Una guerra fratricida y el asesinato presidencial de Gemayel, en los 80 del siglo pasado, destruyeron Beirut; tensaron un sistema donde la política comparte espacio con la religión de cristianos, y musulmanes chiitas y sunitas.

Los ataques israelíes a los campamentos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila fueron otro episodio de una carnicería humana.

El poderoso terrorismo de Hezbolá opera desde el sur del Líbano contra el Estado de Israel, otra de tantas historia de la violencia.