El puertorriqueño Bud Bunny llegó al número uno en EE.UU. y dominó en la plataforma de Spotify. Foto: EFE
Para muchos ha sido desconcertante que el español haya alcanzado una difusión sin precedentes, pero no gracias a las novelas de Roberto Bolaño, las canciones de Joaquín Sabina o la serie ‘La casa de papel’. Que todos estén tarareando en castellano en Chicago, Estocolmo o Sarajevo se debe al éxito de los músicos de reguetón y música urbana.
Entre toda la constelación de exponentes de los géneros urbanos, el puertorriqueño Bad Bunny fue el punto más luminoso. Su verdadero nombre es Benito Antonio Martínez Ocasio y, con 26 años de edad y solo cuatro de carrera, ha roto los paradigmas para los artistas en español. Su álbum ‘YHLQMDLG’ siglas de Yo Hago Lo Que Me da La Gana, aparecido en febrero, fue el más reproducido en Spotify en el 2020 y le dio la mitad de las 8 000 millones de reproducciones que contabilizó la plataforma de ‘streaming’ para el boricua.
Otro álbum, el experimental ‘El último tour del mundo’, lanzado el 27 de noviembre, se convirtió en el primer LP en español en alcanzar el número uno de la Billboard de Estados Unidos. Ni Ricky Martin ni Shakira lo han conseguido, ni tampoco Gloria Estefan.
Bad Bunny recibió nominaciones a los Latin Grammy y los Grammy, fue portada de la emblemática revista de rock Rolling Stone (¡sí, de rock!) y actuó en el intermedio del Super Bowl junto a Shakira y Jennifer López, divas latinas que tampoco han logrado un número uno en EE.UU. en español con sus discos.
Ahí no terminan sus gestas. El 20 de septiembre, ofreció un concierto de más de una hora y media trepado en un contenedor de carga y recorriendo las calles de Nueva York. Más de 10 millones de personas presenciaron gratuitamente el espectáculo a través de redes sociales y la cadena Univisión.
El desconcierto está en que Bad Bunny no es considerado un letrista sofisticado, no al nivel de Joan Manuel Serrat. En Google abundan los ejemplos sobre el machismo y la vulgaridad de algunas de sus canciones.
Gran parte de sus videos no son precisamente obras que se verían en los clips de Peter Gabriel sino que están repletos de los clichés que caracterizan al trap y al reguetón.
El Conejito Malo, no obstante, ha logrado conectarse con la juventud gracias a que escuchó las críticas sobre el contenido de sus textos y sorprendió con un himno feminista, la canción Yo perreo sola.
Desde los inicios de la música urbana, ningún reguetonero se había atrevido a vestirse como mujer en un videoclip, además de insertar el mensaje de denuncia “ni una menos”, lema de la lucha en contra de la violencia de género.
Ese mensaje sale escrito en la pared con luces de neón mientras Bad Bunny perrea consigo mismo vestido de mujer, una ironía que hace referencia al título Yo perreo sola. “Que ningún baboso se le pegue, la disco se prende cuando ella llegue”, dice la letra, que se cantó sin parar en el 2020.
Hubo controvesia, por supuesto, pues algunos no vieron este gesto como un sincero cambio de actitud artística sino como un oportunismo para posicionarse; pero el impacto fue enorme en la industria, que procedió a entregarle el premio de Compositor del Año. Los fans de Fito Páez se cayeron de espaldas.
Bad Bunny fue el más potente, pero no el único parlante de la música en español. De los 20 artistas más escuchados en Spotify, cinco cantan en castellano: el colombiano J Balvin fue el tercer artista con más reproducciones, con los puertorriqueños Anuel AA en el puesto catorce, Ozuna en el dieciséis y Daddy Yankee en el vigésimo puesto.
Las cantantes también han contribuido con este fenónimo cultural, como la dominicana Natti Nattasha o la estadounidense con raíces mexicanas Becky G. Aunque la que se lleva las palmas es la española Rosalía, cuya fusión de música urbana con ritmos flamencos también ha sido exitosa.
Gracias a todos ellos, el mundo escucha español. Cervantes estaría orgulloso.