Faltaban tres minutos para regresar a su oficina. Joel Mori, de 43 años, bajó del séptimo piso del edificio de Las Cámaras para fumar un cigarrillo.
Todo transcurría con normalidad, pero a las 13:45 notó un movimiento inusual. Muchas personas salían corriendo. El inmueble era evacuado por una emergencia, pero a esa hora nadie sabía que se trataba de un siniestro.
Mori, director de Proyectos de la Cámara de Construcción, preguntó lo que sucedía. De inmediato pensó en sus compañeros de trabajo y se dijo: “No podré vivir conmigo mismo si no les aviso”. Así que subió por el ascensor, que aún funcionaba, hasta el piso 7.
En la oficina, todos estaban en la cafetería, a 60 metros de la entrada. Mori golpeó insistentemente la puerta de vidrio. Comenzó a desesperarse porque nadie respondía. Entonces percibió el humo y supo que era un incendio.
En la cafetería había siete personas -un hombre y seis mujeres- todos empleados de la Cámara. Al oír los fuertes golpes salieron a ver lo que ocurría. Una capa de humo cubrió la cafetería y por la angustia nadie recordaba quién tenía las llaves de la puerta.
La subgerente Arminda Vallejo las tenía; así que Mori logró entrar y les dijo que salieran porque el edificio se quemaba.
Los nervios aumentaron cuando se fue la luz y casi sin visibilidad se dirigieron a la salida de emergencia. Rápidamente dejaron el lugar. Bajaron juntos por las escaleras para salir del edificio, pero solo llegaron hasta el piso 4 debido a la humareda. Trataron de abrir las puertas de emergencia, pero solo se abren por dentro.
Como no podían seguir, decidieron volver a subir e ir a la terraza. Las escaleras eran muy estrechas y les dificultaba circular. El piso y las paredes estaban calientes. El lugar era sofocante. Las mujeres estaban cansadas y comenzaron a entrar en pánico. Los hombres las alentaron a seguir.
Eduardo Córdova, coordinador del Sistema Multimedia, tomó por los brazos a Silvia Mata, la relacionista pública, quien gritaba histérica. Ella se distanció del grupo por tomar su cartera. “Si moría al menos quería tener mis documentos para que me identificaran”, contó‘la criticona’, como la conocen en el programa de farándula que conduce en televisión.
En ese momento acordaron subir todos o ninguno. Mientras pisaban cada escalón lloraban, pensaban que todo se incendiaría. Pero sintieron como si un ángel o Dios los protegía.
El tiempo para llegar a la terraza fue relativo. Para unos fue cinco minutos; para a otros 15. Nathalia Correa llamó a su esposo Ronny Lara para que alguien les diera auxilio. Ella es colombiana y labora en la organización de una feria que realiza la Cámara.
Cuando lograron llegar a la terraza, un piso más arriba de su oficina, dejaron la puerta abierta y el humo comenzó a salir. En ese momento, la sobrina de Arminda Vallejo la llamó y la joven se contactó con un amigo bombero, quien habló con la Fuerza Aérea. Luego les comentaron que la hija del comandante del Ala de Combate 22, Thomas Endara, también lo llamó para que rescatara a quienes estaban en la Torre A.
En cuanto vieron a un helicóptero cerca usaron lo que tenían a la mano para llamar su atención. Agitaron pañuelos, bufandas, sus brazos… Hasta que fueron evacuados. Una vez a salvo, Joel Mori sintió paz. Quería volver a ver a su hijo Miguel Ángel, de 5 años, en quien pensó todo el tiempo.