En la calle N64, del barrio La Bretaña, sur, los vecinos tiraron todo tipo de basura en la mitad de la vía. En la noche Emaseo los recogió. Foto: Armando Lara / para EL COMERCIO
En 15 días (8 de agosto del 2018) debían llegar los primeros 20 de 40 vehículos recolectores de carga posterior para optimizar el servicio de Emaseo.
Después de que el viernes pasado, esta entidad municipal anunció que Valoriza, empresa española que ganó el concurso para arrendar esos automotores, se retira del proceso, las formas de recolección que adoptó para sortear la crisis se mantendrán mientras definen una alternativa para continuar con la renovación de su flota.
Volquetas, plataformas y montacargas son los vehículos que Emaseo sumó a su flota para recoger la basura. Esto, según Paúl Luzuriaga, coordinador general técnico de Emaseo, permitió bajar a un día el tiempo máximo de retraso en la recolección en una ciudadela. Antes de la declaratoria de emergencia (16 de febrero del 2018) había retrasos de hasta cuatro días.
En algunos barrios de la ciudad, los moradores confirman que los problemas con la recolección persisten. Ayer, a las 09:10, en el barrio California (norte), las fundas de basura se acumulaban dentro y alrededor de un contenedor ubicado en las calles José Lucuma y Pedro Cornelio.
En ese sector vive María Elena Tobar. Ella indica que, desde el jueves pasado, no se ha recogido la basura en los contenedores. “Vienen martes, jueves y sábado, generalmente, pero esta vez se han retrasado más. No hay otra opción que buscar contenedores cercanos que estén vacíos”.
A dos cuadras de ese sector el panorama cambia. En la calle Pinos de la Kennedy, a las 09:30 de ayer, los contenedores lucían limpios. En ese barrio vive Susana Reinoso. Para ella, el problema es que se recogen los desechos de encima del contenedor y las fundas que dejan alrededor. “Como no retiran los desechos por completo, no tarda mucho en llenarse de basura”, comenta.
Luzuriaga señala que esto sucede por dos razones. La primera es que, debido a que hay usuarios que dejan desechos voluminosos cuyo destino no debe ser los contenedores, los vehículos no pueden levantar ese basurero y es necesaria una segunda visita con volquetas.
La segunda es que la falta de vehículos para que cumplan con la recolección lateral obliga a que primero se haga un descabezado (retirar la basura de encima) para que después el recolector haga su trabajo.
En el sur de Quito también hay problemas. En Santa Ana, Tarqui de La Mena 2 y las ciudadelas Defensa y Justicia, la mañana de ayer hubo contenedores saturados de desechos.
Marcia Zambonino vive 40 años en ese sector y es propietaria de un consultorio médico. Asegura que la acumulación de basura es un problema recurrente. “Vienen volquetas, recogen lo que está encima de las cajas y dejan el resto. Hay moscos y mal olor”.
Luzuriaga indica que es probable que este esquema de recolección dure, al menos, tres meses más. Al momento, Emaseo busca una alternativa para continuar con el proceso de renovación de su flota.
El viernes pasado, Juan Neira, gerente de Emaseo, aseguró que el proceso de arrendamiento enfrentó el ataque de dirigentes gremiales.
Sobre esto, el secretario del Sindicato 18 de Febrero, Segundo Hidalgo, manifestó que su objetivo es que se fortalezca Emaseo con la compra de recolectores y no sé dé el arrendamiento. Ayer, este gremio envió una carta solicitando una reunión con la gerencia para conocer el plan de contingencia que se implementará.