Ciudadanos venezolanos están preocupados por el cierre de los centros de tránsito temporal del Municipio de Quito. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Entre los venezolanos migrantes, residentes en Quito, hubo preocupación la mañana de este jueves 27 de septiembre del 2018 porque el próximo domingo 30 finaliza la declaratoria de emergencia humanitaria, emitida por el Viceministerio de Movilidad Humana, y no saben qué va a suceder con los llaneros que se encuentran en los seis centros de tránsito temporal (CTT) que implementó el Municipio.
Estaban intranquilos y con ansiedad. Incluso los que se hospedan actualmente en el albergue San Juan de Dios, ubicado en el sector de San Diego, Centro Histórico.
“¿Cómo vamos a hacer con la gente de mi país que llega? Yo me quedo en Ecuador, no tengo planificado irme al Perú”, dijo Leonardo Romero, quien llegó desde Valencia.
Sus compatriotas opinaron lo mismo. David Soto no está de acuerdo con los cierres de los CTT porque hay muchos venezolanos que necesitan un espacio para comer y abrigarse. “No sería bueno ir al campamento de Carcelén, me han dicho que es muy peligroso. Yo busco otra alternativa”.
Otros llaneros consideran que, con el cierre de los CTT, sus compatriotas se volcarán a buscar refugio en el campamento de Carcelén. Para José Marval, lo ideal es que se implementen más albergues como San Juan de Dios para ayudar a los venezolanos que huyen de la crisis económica.
“Tengo previsto irme a trabajar en la costa del Ecuador, ayudando en las lanchas o pelando pescado. Me da sentimiento que la gente salga (de los CTT), nosotros no migramos porque queremos, sino por nuestras familias”.
La administradora del albergue San Juan de Dios, Diana Tupiza, también está preocupada ante el cierre de los centros de tránsito temporal. A su juicio, lo más probable es que decenas de migrantes traten de acudir al centro en donde ella trabaja para pedir posada.
“Actualmente tenemos capacidad para recibir a unos 100 venezolanos más aparte de los que se encuentran acá. Yo creo que sí vendrán acá al cerrarse los municipales. Podemos atender en la capacidad que tenemos. Únicamente somos un punto de paso”, precisó Tupiza.
Más de 50 llaneros almorzaban hoy en ese albergue y comentaban sobre el cierre de los CTT. Mary Aguilar opinó que es perjudicial que dejen de funcionar, más cuando en Venezuela se ayudó a migrantes de otros países para salir adelante en décadas anteriores.
Considera que el campamento de Carcelén es una opción para sus compatriotas, pero ahora la situación allí es más complicada porque las ayudas y donaciones han disminuido.