Washington Cobo
Al paso que van, los nuevos dueños del país muy pronto alcanzarán la meta que Rafael Correa tiene de convertirnos en la nueva Cuba.
Si ese país, digno de mejor suerte, fuese el paraíso que nos pintan los barbudos revolucionarios y nuestro Presidente, no se comprende ¿por qué tantos cubanos nos están invadiendo en silencio en busca de una vida mejor que la que tenían en su patria? Sin duda están aprovechando las fronteras abiertas por la revolución ciudadana.
Otras preguntas que nos hacemos los que sí pensamos son: ¿qué ha obtenido el pueblo cubano, aparte de la miseria y pobreza, en cincuenta años de revolución? Parece que muy poco, puesto que hay desesperación de salir de la isla.
¿Después de 50 años, es el Ecuador un mejor país que Cuba? Claro que sí, pese a los malos gobiernos y la “larga noche neoliberal” repetida hasta el cansancio.
En el futuro, ¿la libertad de pensamiento y expresión será la que hay en Cuba? Los cientos de presos que quedan en las cárceles cubanas por pensar diferente son los que no han sido fusilados en el paredón. ¿Quién le autorizó al Presidente llevarnos adonde él lo desea?
Si tanto quiere a Cuba y no se preocupa del pueblo ecuatoriano, las fronteras están abiertas para que se vaya.
Falta mucho espacio y tinta para expresar las “bellezas” del paraíso comunista que todos sabemos cómo es en realidad. Trece millones de ecuatorianos no queremos eso.
Si tanto habla de democracia, le sugiero al Presidente hacer una sola pregunta directamente al pueblo: ¿Autorizo como ecuatoriano que el gobierno nos conduzca al comunismo?
Los votos serán el pronunciamiento del pueblo, si la mayoría decide que desea ser comunista, muchos sabremos que es mejor irnos del país que tanto amamos y que la revolución ciudadana lo está haciendo invivible. Si el pueblo dice que no, con todo gusto fletaremos un poco de aviones para mandarlos a todos a su linda isla o si quieren a Venezuela o Bolivia.
Aprovecho de los últimos momentos de poder expresar con libertad lo que creo, antes que esto se convierta en delito y agradezco a EL COMERCIO al haberme dado la oportunidad de difundir mi pensamiento.