Todo está definido para empezar a trazar con La Guaragua el túnel del Metro. La maquinaria (tuneladora) que se usará para extraer la tierra está ensamblada en un 95%, en la parte subterránea de El Labrador.
Este equipo de grandes dimensiones (100 m de longitud por 9,40 metros de ancho) excavará, desde mediados de este mes, entre El Labrador y La Alameda. Pero antes de que empiece a remover la tierra, deberá llegar al punto de partida, ubicado a 300 metros de donde fue armada. Por esto, ya se la empezó a mover desde el miércoles pasado.
Durante un recorrido realizado en El Labrador, el viernes último, se constató que a pesar de que esta maquinaria pesa
1 200 toneladas, sus movimientos son casi imperceptibles.
La tuneladora se mueve, poco a poco, ejerciendo presión sobre las dovelas (piezas de hormigón) instaladas en el piso. Cada minuto recorre 10 cm. Una vez que esté construyendo el túnel, avanzará unos 400 metros por mes.
Los operarios que se encargan de poner a punto la tuneladora se encuentran metidos entre esta enorme maquinaria, fijando las dovelas al piso. Para colocar con precisión estas piedras usan un ‘joystick’ (control) y, luego, otro grupo pone los pernos para asegurarlas.
En esta etapa, previa a la excavación, se están realizando
también las pruebas de los distintos sistemas: hidráulico, eléctrico… En el ensamblaje trabajan en promedio unas 80 personas, mencionó José Pablo Castro, coordinador de la construcción del túnel entre El Labrador y La Alameda.
En Solanda se realiza un proceso similar con la tuneladora Luz de América, para que entre en funcionamiento en mayo. En junio, en cambio, operará La Carolina (ver infografía).
Durante todo el trayecto de 22,6 kilómetros, de Quitumbe
a El Labrador, la tuneladora atravesará debajo de unos 62 barrios. En la mayoría del trazado irá debajo -en relación con la superficie- de avenidas, parques y plazas, informó la Empresa Metro de Quito.
Ante estas intervenciones subterráneas, que están por iniciarse, los moradores de sectores como Iñaquito o Belisario Quevedo, por donde está planificado que cruce la tuneladora La Guaragua, tienen aún ciertas inquietudes.
En la calle Japón, Alexander Hidrobo, administrador de una mecánica, consideró que tras la estabilización del suelo que se realizó en la zona no habrá impactos en la superficie. “Espero que las instalaciones no se afecten”.
Más al sur, en la calle Mosquera y Ulloa, a Segundo Llumipanta le generó dudas la marca roja con la palabra eje 0 trazada sobre la acera que está frente a su casa. Él conoció que esta señal es referencia de por dónde pasará la maquinaria que dará forma al túnel, pero teme que esto implique un cierre en el tránsito vehicular. “Esto afectaría a mi negocio”.
Beatriz Cortez, vecina de Llumipanta, en cambio expresó que está tranquila porque sabe que los trabajos subterráneos no causarán ruidos ni afectarán al tránsito.
Los moradores de los barrios por donde irá la tuneladora no percibirán estas vibraciones, más sentirán el paso de los camiones que circulan por la calle, aseguró Castro.
Las bajas vibraciones que pueda causar el paso de la tuneladora en todo el trayecto, incluido el Centro Histórico, no serán sentidas en la superficie, porque esta especie de taladro gigante se moverá a una profundidad de 25 metros, enfatizó la Empresa de Quito.
Además, no generará impactos negativos en el suelo, porque a medida que avance la tuneladora se colocarán las piezas de hormigón que recubrirán el túnel. Esto dará estabilidad a la superficie, precisó Édgar Jácome, exgerente de la Empresa Metro de Quito.
Para recubrir todo el túnel se requerirán 98 000 dovelas. En El Labrador, donde funciona una de las fábricas de estas piezas, hasta el viernes se contaba con unas 800. Pero el trabajo continuaba.
A la par, también en El Labrador, los operarios se ocupan de implementar los equipos auxiliares que asistirán a la tuneladora: sistemas de refrigeración, ventilación, cinta para transportar la tierra…
Esto permitirá que La Guaragua esté operativa en su totalidad para cumplir con el trazado establecido en 16 meses. Está previsto que el túnel, desde Quitumbe hasta El Labrador, esté construido hasta mediados del 2019.
Todo este movimiento generará más plazas de trabajo. A los 2 800 empleos directos, generados hasta ahora, se sumarán alrededor de 1 100 más, a propósito de la construcción del túnel subterráneo y de las estaciones del Metro.