Sidney, AFP
Una enorme tormenta de arena roja procedente del desierto perturbó gravemente el miércoles la vida de los habitantes de Sídney, la mayor ciudad australiana, mientras el país, que sufre un período de tiempo caluroso y seco, lucha asimismo contra incendios en el noreste.
En Sídney, vehículos y edificios fueron cubiertos de una capa de arena y polvo rojo. El viento provocó atrasos en los aeropuertos, y el servicio de ferries del puerto de la ciudad fue suspendido.
Bajo un cielo rojo, los habitantes debían cubrirse el rostro con máscaras para protegerse, y las autoridades aconsejaron que los niños y los ancianos permanecieran en sus casas.
La visibilidad no sobrepasaba dos o tres metros en ciertos lugares, indicó la policía.
“Estaba más oscuro que en plena noche, eso duró media hora. No se veían ni siquiera los semáforos ” en los cruces de calles, declaró un policía de Broken Hill, citado por la agencia AAP.
Los servicios meteorológicos habían publicado un parte de alerta a raíz de los fuertes vientos esperados.
En el estado de Nueva Gales del Sur (este) , del que Sídney es la capital, cayeron granizos del tamaño de “ pelotas de cricket ” .
Más al norte, en el estado de Queensland se registran incendios forestales como consecuencia de un largo período de sequía.
El estado de Victoria, donde el martes se registraron dos sismos leves (de 3,0 y 2,6 grados Richter) , que no causaron víctimas, fue afectado al mismo tiempo por lluvias diluvianas y se encuentra en estado de alerta por posibles inundaciones.