Redacción Quito
En la terminal terrestre de Carcelén, en el norte, hay desorganización. Hace falta infraestructura e información para los usuarios. Ayer, Juan Anchundia llegó hasta la estación de buses, ubicada en la avenida Eloy Alfaro y Galo Plaza, a las 08:45.
Mientras ingresaba a la terminal, un hombre le informó que no era necesario que ingresara a la estación para tomar una unidad. Le ayudó a subir sus maletas y lo llevó hasta la unidad Tax Gacela de placas CAE-268 que permanecía estacionada afuera de la terminal terrestre.
Los problemas
Las terminales terrestres del norte y sur de Quito se inauguraron en julio del 2009. En esa fecha se inició una campaña para mejorar la movilidad en la ciudad. El plan consistía en colocar sellos para evitar que los buses tomen pasajeros en la vía. Pero ahora no hay controles.
Los pasajeros que llegan hasta Carcelén y Quitumbe se quejan por la lejanía de las estaciones. El Municipio señaló que habría transporte público que llegue hasta estos sitios: Trolebús, al sur y alimentadores, al norte. Sin embargo, las unidades del trole van repletas y en el norte las frecuencias se demoran en llegar.El hombre, quien no quiso identificarse, llamaba a los pasajeros que estaban en el interior de la terminal para que subieran al bus, con destino a Tulcán. Anchundia, un poco confundido, dijo que lo que necesitaba era llegar rápido a Ibarra, por eso tomó esa unidad.
Luego de 10 minutos, la unidad Turismo Express también se estacionó afuera de la terminal para recoger pasajeros. Patricio Pineda, chofer del bus, se estacionó y llamó a los pasajeros.
Las unidades parqueadas causaron congestión en el carril norte-sur de la av. Eloy Alfaro. Los conductores que circulaban por esa vía debían frenar abruptamente atrás de los buses estacionados.
Esto sucede pese a que todos los buses salen con un sello en las puertas para evitar que tomen pasajeros dentro de la ciudad. Eso fue parte del proyecto municipal para mejorar la movilidad en el Distrito. Sin embargo, los choferes no respetan el adhesivo y lo rompen apenas salen de la terminal.
Pineda admitió que ellos quitan los sellos para recoger más pasajeros. Él se quejó porque los buses salen con pocos usuarios desde la terminal. “Todos hacen lo mismo, durante todo el día. Los transportistas rompen los sellos porque los pasajeros esperan afuera”.
Por ejemplo, la unidad Andina de placas IAK-554, con destino a Santo Domingo, partió desde la terminal de Carcelén a las 09:13, con el sello en la puerta. Dos minutos después, el chofer paró frente a la estación y violó las seguridades para subir a más pasajeros en la vía.
Los pasajeros corrían con sus maletas para abordar los buses. Norma Lema debía llegar hasta Tulcán, pero se quejó por la desorganización de la terminal. “Nadie nos ayuda y las boleterías son un desastre”.
Las boleterías de la estación se improvisan en el área de encomiendas. Las puertas de estos depósitos fueron partidas a la mitad para que funcionen como ventanillas de venta de boletos. El edificio destinado a brindar este servicio continúa en construcción. La terminal se inauguró en julio del 2009.
Este Diario buscó la versión de la administración de la terminal terrestre, pero señalaron que no estaban autorizados para emitir declaraciones.
Pero la situación es distinta en la terminal de Quitumbe, también inaugurada en julio del año pasado. Allí no se permite que los usuarios tomen los buses fuera de la terminal. Julia Verdezoto viajó ayer a Santo Domingo y llegó a Quitumbe.
La madre de familia afirmó que esta estación es más ordenada y hay información para los usuarios. “Lo malo es que está muy lejos de la ciudad”.