Redacción Cultura
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‘Se puede vivir sin música, pero no vale la pena’. La frase del compositor húngaro Zoltán Kodály define la existencia sobre la Tierra del tenor Xavier Rivadeneira. Los aires de Quito lo vieron nacer hace 39 años, pero son los de Budapest los que ahora conducen su voz.
HOJA DE VIDA
Xavier Rivadeneira
Nació en Quito hace 39 años.Sus primeros estudios musicales los realizó en el Conservatorio Nacional de Música.
Junto a otros cantantes nacionales fue pupilo de la soprano chilena Blanca Hauser.
En el país ha dictado talleres en la Casa de la Música y en C.C. Mama Cuchara.
La semana anterior caminó por las calles de la Villa Flora, con su gente y en su ciudad. Desde el garbo de su presencia, todo en él habla de un carácter disciplinado y serio. “Su personalidad es fuerte y tiene fijos fundamentos morales y éticos”, dice Gustavo Lobato, director musical de la Casa de la Música.
La estética del género clásico fue desde siempre el interés de Rivadeneira, aunque en su hogar alternaba cantando pasillos, boleros y tangos. Hace 20 años, reside en Hungría, adonde fue tras ganar una beca del Conservatorio Franz Liszt y abandonar sus estudios de Derecho en la Universidad Central de Quito.
El joven tenor no tuvo problemas en adaptarse a la vida ordenada, respetuosa y callada a orillas del río Danubio. Budapest le dio las oportunidades que no le ofreció su tierra. Sin embargo, vuelve por temporadas para visitar a su madre y a sus hermanos, para deleitarse con un cebiche o con una fritada, para compartir conocimientos y dictar talleres.
Quisiera traer gente preparadas para que el un futuro la ópera en Ecuador pueda florecer, ese es mi anhelo
“Siempre tuvo una magnifica voz de tenor. Ahora, por el trabajo que desarrolla en Europa, su nivel es bastante alto”, considera la soprano Nancy Yánez, con quien conformó el coro Nueva Generación, junto a otros integrantes del grupo juvenil de la iglesia de la Villa Flora, en los ochenta. Después de ello, interpretó el papel de Gastón en la ópera ‘La Traviatta’, bajo la dirección de Álvaro Manzano.
Como este, los roles pequeños que desarrolló durante sus primeros años en Europa constituyeron su principal entrenamiento. Pero en 2002 marcó un hito en su carrera: el ingreso de Hungría a la Unión Europea motivó una serie de jornadas culturales en Londres.
Lo que son los casos de la vida: un
ecuatoriano, con cultura hispana,
cantando en húngaro, en Londres
En la capital inglesa, Rivadeneira fue el protagonista de ‘Attila’. Después interpretó ‘Fausto, ‘Don Giovanni’, ‘Idomeneo’ y ‘Los cuentos de
Hoffmann’, entre otras óperas.
El pianista ecuatoriano Paco Godoy supo de Rivadeneira cuando escuchó a los integrantes de la Compañía Lírica Nacional hablar de él con admiración. Entonces, observó los videos del cantante que circulan en Youtube, tanto de música clásica como de bel canto. Godoy considera que si Italia puede gloriarse de Luciano Pavarotti, y Perú, de Juan Diego Flórez, Ecuador debería hacer lo mismo con el maestro Xavier Rivadeneira.
Por nuestra constante preparación,
los cantantes somos como los
atletas de los músicos
El martes 2 de junio el tenor cantó una romanza, compuesta por Godoy, en la Casa de Benalcázar, y recibió un reconocimiento de la Asociación de Artistas Profesionales de Pichincha. Rivadeneira mira con agrado este gesto, pero no deja de sentir que las condiciones en el Ecuador son difíciles y que lo conseguido es por el esfuerzo de los mismo artistas.
Y, si bien reconoce que ahora existe mayor espacio y mayor actividad que hace 20 años es enfático en decir que el problema se ubica en el campo pedagógico, “porque no se puede ser mediocre”. Por ello, su sueño, su proyecto y su compromiso de fundar una escuela de canto lírico.
Hasta que el momento llegue, Rivadeneira estudia obras, lee partituras, canta y recibe aplausos en los principales escenarios del Viejo Continente.