En Telefónica, el 95% de sus importaciones son dispositivos móviles como teléfonos. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
El uso de ‘smartphones’ creció en el 2016 en todos los segmentos de edad. Desde niños hasta los adultos mayores utilizan ahora más teléfonos inteligentes.
Según el estudio Tecnologías de la Información y Comunicación, publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), 53 de cada 100 ecuatorianos con celular activado tenían ‘smartphone’ el año pasado, frente a 38 registrados en el 2015.
La tendencia va en función de las nuevas necesidades del usuario. El mercado demanda cada vez menos los dispositivos móviles básicos o que solo sirven para hacer llamadas.
Y es que el envío de imágenes animadas (GIF), audios de voz vía WhatsApp y navegación en redes sociales e Internet las 24 horas al día no es cosa solo de población joven, según revelan los datos del INEC.
Entre la población de más de 55 años con móvil activado el uso de celular inteligente creció un 9% en el último año. Teresa Escobar, de 68 años, compró su primer ‘smartphone’ hace dos años porque “ya era hora de actualizarse”. “Al inicio me costó aprender a usarlo. Le pedía a mi hijo que me ayudara, incluso para poder hacer llamadas de voz”.
Pero actualmente ya tiene Facebook y pertenece a 20 grupos de Whastapp, principalmente amigos jubilados. “Ahora estamos en permanente contacto, nos compartimos chistes, mensajes bien bonitos y coordinamos las reuniones”.
Pero el segmento donde más subió el uso de estos teléfonos inteligentes fue entre personas de 5 a 15 años. En ese grupo con celular activo el aumento de tenencia de ‘smartphone’ creció del 23%. Alejandro Flores, de 35 años, le compró un celular inteligente a su hijo en junio del 2016.
Este ingeniero comercial detalló que le regaló este equipo a su hijo, que tiene 12 años, para contactarlo a la salida del colegio o cuando él se va de viaje.
Pero Flores controla el uso del móvil: “Cuando hace deberes lo apagamos y supervisamos las aplicaciones”.
Otras personas migraron a estas tecnologías por motivo de trabajo. Viviana Rivera, reportera de una radio privada en Ibarra, renovó hace dos meses un teléfono de gama básica que tenía desde hace tres años. Aunque el equipo disponía de cámara de baja resolución y acceso a correo, no podía descargar aplicaciones.
A fines de diciembre adquirió un ‘smartphone’ con una mejor cámara de fotos que le permite captar imágenes para la página web de su medio.
Asimismo, hasta hace un mes Liliana Morán se negaba a dejar su Nokia 1100 básico de “botones”. El dispositivo le servía solo para hacer llamadas y enviar mensajes. Esta guayaquileña, de 34 años, recordó que cuando ocurrió el terremoto de abril pasado, su celular fue el único que tenía señal. Pero el mes pasado en su oficina conformaron grupos de WhatsApp para coordinar el trabajo, lo cual le obligó a adquirir un ‘smartphone’.
Pero dice que no se desprenderá de su Nokia, “porque le tiene cariño”. Pensando en este público, esta firma informó esta semana que su modelo básico 3310, con teclado físico, regresará al mercado con las mismas prestaciones básicas.
Este modelo conocido como “el ladrillo” fue el más vendido de la historia de la compañía.
Para el director de Usuarios Digitales, Alfredo Velazco, el incremento en el uso de teléfonos inteligentes se debe a que el usuario consume contenido multimedia. Además, los equipos tienen diversas funciones como almacenar datos y fotos.
En función de este comportamiento de la demanda, importadores y locales comerciales concentran sus compras en teléfonos inteligentes. El 95% de los aparatos que importó Telefónica en el 2016 fue ‘smartphone’. En Claro, el 63% de ventas en el 2016 fue ‘smartphone’. Para el 2017 se espera que la cifra supere el 90%.
Johanna Arias, administradora del local Style Móvil, ubicado en Quito, vende un promedio de 20 ‘smartphones’ al mes y unos siete básicos.
Pese a que la tenencia de ‘smartphones’ crece, la importación regular cayó un 19%al pasar de USD 149,8 millones en el 2016 a 184,2 millones el 2015.
Para Gabriel Garcés, presidente de la Asociación de Ensambladores de Electrónicos y Eléctricos del Ecuador (Aede2), los datos evidencian que el contrabando afectó las ventas del sector.