Ecuador, es un país de Ripley, en lo que concierne al fútbol. Cada año cambia el sistema de campeonato y nunca se da por satisfecho. Todos contra todos, hexagonales, octogonales, eliminación simple, clásicos regionales… características impuestas por el manipuleo de los clubes.
¿Por qué se lo hace? Los directivos pretenden sacar ventajas y obtener resultados, pero nunca quedan satisfechos. Esas argucias son comunes desde que se instauraron los campeonatos nacionales en 1957. Pero ninguno de esos cambios han sido determinantes para mantener una modalidad como las que sí tienen Argentina, Chile, México o los países europeos. Y un ejemplo de esas inconsistencias es la forma como finalizan los torneos, donde los que suman más puntos ni siquiera se clasifican a una copa internacional. Es hora de que la Ecuafútbol legisle idóneamente.