Paulo Rodríguez
Su experiencia. Tiene 53 años. Fue Director del Registro Civil. El año pasado fue posesionado como Presidente de la Judicatura Transitoria.
Su punto de vista. Cree que el país necesita “una Corte proba, digna, de hombres y mujeres enamorados de la patria”.
En cuclillas y frente a un pequeño radio. Así se encuentra Paulo Rodríguez en su oficina. El Presidente del Consejo de la Judicatura (CJ) escucha música y baja el volumen para comenzar la entrevista. “Haber. Trate de tomarse unos 20 minutos”, advierte.
Usted ha sido criticado por sectores de oposición, al punto que se preguntan ¿cómo un ingeniero puede manejar la justicia? ¿En qué momento fallaron sus matemáticas de ingeniero para que no naciera una Corte Nacional perfecta?
No creo que fallaron las matemáticas y no comparto la idea de que no sea una Corte perfecta.
Pero hubo críticas, especialmente en la última fase…
Hay personas, que son políticos profesionales y ese es su modus vivendi. Para poder estar vigentes siempre necesitan de algún tipo de actividad que provoque, no sé, algún escándalo.
Más allá de que la crítica sea o no de políticos, hay una Corte conformada por al menos seis jueces con ciertos nexos oficialistas.
Lamento que se haga ese tipo de análisis, porque dicen que el señor o la señora son parientes o que el señor trabajó en tal o en cual lugar.
Son hechos reales…
Más real es que hicimos una convocatoria pública y abierta.
Usted dice que no podían impedir la participación de nadie, ¿pero no era mejor que la madre del ministro del Interior, José Serrano, se excuse de competir?
Esa es su opinión.
Es una pregunta.
Mire, en mi opinión creo que todas las personas tenemos derechos. ¿Qué problema existe -digo yo- que en un momento dado existiera un caso de un pariente que tengan que analizar?
Que sea juez y parte.
La persona se excusa y no lo conoce. Eso es ético y moral. Pero no se puede impedir que por ser familiar o allegado o pariente o conocido o porque trabajó al mismo tiempo en una determinada institución se pueda negar el derecho de las personas.
La Corte se estrenará con un caso polémico como de El Universo, ¿hay temor?
Ese tema ya le corresponde a la nueva Corte. Nosotros tenemos dos líneas diferentes. El CJ tiene la línea de la administración de la disciplina, de la administración del sistema de justicia.
Pero podría comenzar con una imagen de aparente deslegitimidad…
Creo que no. Los jueces hablan por sus fallos y providencias. Habiendo cumplido responsablemente nuestro compromiso, ahora le corresponde a la Corte legitimarse por ellos mismos.
¿Qué le dijo el presidente Rafael Correa cuando finalizó la selección de jueces?
La verdad no hemos hablado. Pero más allá de la pregunta, jamás he recibido solicitudes de parte del señor Presidente.
¿Son amigos?
Compartimos una pasión por la patria y por sobre todo hay un mutuo y profundo respeto.
La oposición dice que la vocal de la Judicatura Tania Arias también es cercana al oficialismo.
No lo sé. La doctora Tania Arias viene representando a la Función Legislativa.
¿Qué Corte urge en el país?
Una Corte proba, digna, de hombres y mujeres enamorados de la patria, que inspire confianza y que no ahuyente.
Sin embargo, los veedores de esta Corte han sido personas enjuiciadas como Baltasar Garzón, que llegó el día de la posesión de los jueces.
Una persona no puede estar cuestionada -según sus palabras- porque están enfrentando unos procesos legales. Eso no le quita su derecho a la inocencia.
Pero no ha estado en el país vigilando lo que pasa.
El juez Garzón y los demás veedores internacionales disponen de un equipo de apoyo nacional que coordina el trabajo con los veedores nacionales y que nos han solicitado información permanentemente. Nosotros somos los observados y mal haría en opinar con respecto a los veedores.
¿De qué puede servir el informe de un veedor que llega para posesionar jueces?
La veeduría de la Justicia no tiene que validar necesariamente cada proceso.
Entonces, ¿para qué está?
Lo que tiene que hacer es informar si es que efectivamente nuestras actuaciones han sido apegadas a derecho, si a nadie le hemos negado la oportunidad.
Si hay un informe negativo, ¿de qué va a servir si los jueces ya están posesionados?
Siempre existe la posibilidad de observar, acoger las recomendaciones que puedan existir.
¿Incluso cambiar de jueces si es necesario?
Hemos sido muy cuidadosos. A nadie se ha negado derechos.
Un veedor local como el señor Rodrigo Collahuazo, quien reconoce una amistad con Correa, ¿cuánta garantía dio a este proceso?
No le ubico personalmente al señor Collahuazo. Nosotros conocemos las veedurías que han sido acreditadas en el Consejo de Participación Ciudadana.
La veeduría de Collahuazo no fue acreditada por el Consejo que menciona. Sin embargo, ustedes almorzaron con él y ustedes le entregaron datos sobre el proceso.
Son ciudadanos que solicitan información y nosotros la damos porque somos transparentes.
El día en que se debían anunciar los nombres de los ganadores a la Corte Nacional usted se enfermó. Exactamente, ¿qué le ocurrió?
Me quedé dormido en el carro. Me fue a buscar mi equipo de seguridad y dije que trataba de descansar un poquito más y que me faltaba sueño. Ocurre que al llegar a la oficina no me pudieron despertar e inmediatamente me llevaron a una casa de salud.
¿Esas horas no se aprovecharon para que los ganadores de la selección juren lealtad al proceso de selección? ¿Ocurrió algo así?
No. En absoluto, no. A mí me gusta mucho la sabiduría popular. Yo tenía una abuelita que era llena de dichos y refranes y decía algo que me quedó en la memoria: cada ladrón juzga según su condición.
Usted se reúne con los vocales del CJ en el hospital y al mediodía se dan los nombres de los ganadores. Después, la Judicatura incluso difunde videos con la lista de los magistrados. Parecía que todo estaba preparado…
El proceso lo que decía es que el secretario del Pleno recoge las notas de los integrantes, suma, sale el promedio e informa. A esa hora, una vez que pude mandar a dejar mis notas, hicieron los procesos y firmé las actas allí mismo. No creo que fue una sorpresa.
Cosas como estas han generado críticas. Es más, usted pidió al Director de la Judicatura que le prepare un informe de cómo se hizo la calificación de méritos. Como Presidente, ¿no estuvo al tanto de esa fase?
No, no. El Presidente no puede estar realizando las sumas y restas de cada uno de los postulantes. Para eso hay equipos contratados. Como Pleno no podemos revisar uno a uno todas las sumas y restas de los 666 postulantes.
En infraestructura ¿cuándo se comienzan a ver los resultados? Lo que se ha visto ahora es solo publicidad.
Prácticamente se empiezan a ver las obras. Por ejemplo, tenemos una en Guayaquil que está avanzado en por lo menos un 98%. No es publicidad lo que se está haciendo. Lo que pasa es que debemos evidenciar que avanzamos en los seis ejes de gestión y lo que estamos haciendo es visitar una obra civil.
¿Una estrategia igual que la del Gobierno?
No, por el contrario. Posiblemente vamos a ver después; el centro de datos de la función de justicia en Ecuador va a ser el mejor del país.
¿Cuándo se verán los sistemas informáticos ágiles, las computadoras…?
Apenas han pasado seis meses y es fundamental planificar, presupuestar, diseñar, contratar. Esa es la parte de los cimientos. Luego viene la ejecución, los terminados, la evaluación.
¿Se encomendó a Dios para comenzar este trabajo?
Sí. Yo me debo a tres compromisos. Soy creyente y estoy convencido que lo que hago ahora va a trascender en la eternidad y voy a ser juzgado por un ser supremo. También pienso en la memoria de mis padres. Y me debo a Ecuador y también debo agradecer al presidente Rafael Correa porque confió en que yo pueda brindar mis capacidades.
¿Y el Presidente le dio la bendición para comenzar?
No. El presidente Correa, cuando me invitó, me hizo reflexionar de la siguiente manera. Le dije que soy ingeniero y no conozco el sistema de justicia. Él me respondió: precisamente por eso. Quiero una persona de fuera de la administración de justicia.
Entonces, ¿hoy el Ecuador cuenta con una Corte Nacional independiente o con una Corte correísta?
Es una Corte Nacional de Justicia del Ecuador.