El descubrimiento de tres laboratorios para procesar pasta base de cocaína entre el 2009 y el 2010 en Chone, Pichincha y Portoviejo evidenció que el narcotráfico entró a Manabí. Se procesaban entre una y cinco toneladas de droga cada mes.
El 27 de mayo del 2010, por ejemplo, se capturó más de cuatro toneladas del alcaloide mediante operativos en los cantones Jama y Pedernales. En noviembre pasado, Patricio Pazmiño, jefe de la Policía Nacional Antinarcóticos, dijo que el laboratorio clandestino hallado en el cantón Pichincha fue técnicamente montado. En una pendiente de 400 metros se instalaron los equipos para procesar la cocaína. “Este, sin duda, fue uno de los laboratorios con mejor equipamiento que hemos encontrado en el país”, aseguró.
Había zonas para la cocina y comedor, reenvasado, producción, homogeneización y filtrado, etc.
Juan, un químico de la Unidad Antinarcóticos de la Policía Nacional, aseguró que los narcotraficantes contratan a expertos en estudios de suelos, fuentes de agua y movimiento de tierras. Cada laboratorio clandestino está cerca de una fuente segura de agua. Los químicos son comprados en pequeñas y medianas cantidades en la ferreterías de urbes cercanas.
Un campesino de La Victoria comentó que “los señores del laboratorio dijeron que llegaban a producir químicos para combatir las plagas en los sembradíos de café, abundantes en la zona”.
Agregó que “nos pagaban jornales semanales de hasta USD 200. Teníamos que cortar montes y construir con madera zonas para comedores, dormitorios y otros”.
El 26 de abril del 2010 en Palma Junta se descubrió otro laboratorio. Se detuvo a tres personas de un total de 15 que presuntamente laboraban allí.
En diciembre del 2009, en El Maíz, del cantón Chone, se desmanteló un laboratorio donde presumiblemente se procesaban 5 toneladas mensuales de pasta base de cocaína. Solo en ese año se descubrieron siete laboratorios clandestinos a escala nacional.