El sueño de construir una casa para su esposa y su hija de 5 años terminó en tragedia. Mario es hombre, pero fue víctima de trata. A finales del 2009, ecuatorianos visitaron su país y le ofertaron trabajo en el área de la construcción.
Mario se enlistó y viajó a Loja, pero no recibió el trabajo previsto. Durante dos meses fue explotado sexual y laboralmente por hombres, bajo amenazas, hasta que escapó. Su caso llegó a las autoridades luego de que en esa ciudad se encontrara con otras víctimas de trata, también llevadas por engaño. Él regresó a su país, sin dinero para su hogar, sin respuestas, con un trauma insuperable.
En Ecuador la trata de personas es delito, según el Código Penal. Este lo castiga con cárcel de 2 a 16 años, según la gravedad. La Policía Judicial (PJ) refiere que en Loja en el 2008 hubo un caso de trata, en el 2009 ningún hecho y el año pasado, dos denuncias.
Dos organizaciones sostienen que la trata no se ha penalizado en Ecuador como debiera y que las víctimas en estos casos requieren un acompañamiento.
Juan Villalobos, director del Servicio Jesuita a Refugiados y Migrantes (SJRM), refiere que el delito no está bien detallado en el Código Penal porque no tipifica los distintos casos que puede ocultar. “Las situaciones en las que una persona puede estar inmersa en trata son extensas. No se especifican casos, hay un vacío jurídico en este sentido que además se complementa con la falta de sentencias para los victimarios”.
La asambleísta María Paula Romo considera que en el proyecto de Código Penal Integral, que llegó a la Asamblea para debate, sí se hacen cambios. “Se han detallado de mejor manera los casos de trata y se han aumentado las penas, pero aún falta por debatir”.
Por seis meses, 15 mujeres permanecieron encerradas, con candados, en un burdel de Imbabura. Eran obligadas a prostituirse, drogadas, amenazadas por sus captores para que no escaparan. En el 2010, las jóvenes fueron rescatadas y llevadas a casas de refugio, para recibir ayuda, antes de que volvieran a su país. La mayoría era mayor de 18 años. ¿Cómo una mujer o un hombre adulto se convierten en víctimas de la trata?
Rocío Herrera, de la Fundación Esperanza, que brinda asesoría a las víctimas de estos casos, habla de engaño y extorsión. “No están allí con su consentimiento, son personas que por una decisión de dar algo mejor a sus familias, ayudar a sus padres o mantener a sus hijos, creen en las ofertas que les realizan. Les dicen que les darán trabajo e incluso les mencionan el sueldo que ganarán, sin saber que van a ser usadas sexualmente”.
Según la Ley, la trata es “promover, inducir, participar, facilitar o favorecer la captación, traslado, acogida, recepción o entrega de personas recurriendo a la amenaza, violencia, engaño o cualquier otra forma fraudulenta, con fines de explotación ilícita, con o sin fines de lucro, aunque medie el consentimiento de la víctima”.
En el artículo 30 se dice: “para efectos de esta infracción, se considera explotación toda forma de trabajo o servicios forzados, esclavitud laboral, venta y/o utilización de personas para mendicidad, conflictos armados o reclutamiento para fines delictuosos”.
Tania Moreno, fiscal de la Unidad de Delitos Transnacionales, admite que hay personas sacadas de su entorno (familia, ciudad, provincia, en otros países) con engaños, para ser explotadas sexual y laboralmente en Ecuador.
En diciembre del 2008, una casa de citas en Quito fue clausurada tras un operativo en el que se rescató a 28 víctimas de trata. El lugar se abrió un mes después.
Curiosamente, la PJ no reportó trata en Pichincha durante el 2008. Mas durante el 2009 se reportaron siete casos y en el 2010 otros 12 hechos. Los datos de este año se manejan con hermetismo. Este Diario accedió a cifras de la PJ, de enero a julio. Hasta entonces, Pichincha registraba siete hechos y a escala nacional se habían reportado 67 casos; la mayoría (19 hechos) en Guayas; nueve casos en Santo Domingo; etc.
Esos casos recogidos por la PJ aún están en indagaciones. Villalobos cuestiona que el Plan Antitrata hubiera pasado del Ministerio de Justicia al de Gobierno, al del Interior y al de Justicia. “Es una papa caliente que se pasa de un lugar a otro. No se ejecuta el plan y hasta el momento las sanciones son leves o inexistentes”.
Irma aún no puede mirar a su familia, después de haber pasado ocho meses en cautiverio. Salió de su país en busca de dinero para sus dos hijos, a quienes dejó con su padre, sin saber que terminaría explotada sexualmente en Quito. “Al llegar me amenazaron con matar a mis hijos y a mi esposo. He recibido ayuda psicológica, pero aún no me recupero”.
El delito está vinculado a redes internacionales
Las fundaciones recomiendan dudar de personas que visitan su casa para ofrecerle trabajo. También de anuncios escritos, con el mismo ofrecimiento.
La persona que es capturada es extorsionada desde el inicio. La deuda con su captor se incrementa día a día. Así, la víctima es reclutada y forzada incluso a cometer actos delictivos.
Según las fundaciones que dan seguimiento a los casos, la trata tiene nexos con redes internacionales y también con el crimen organizado.
Los captores estudian el entorno social y familiar de las víctimas. Si estas no cumplen con lo requerido, son amedrentadas al llegar al lugar de destino para la explotación laboral o sexual.