Tres obreros sueldan una reja metálica en el portón de la casa de la familia Gabela Ochoa, una moderna vivienda dúplex de color melón. La villa se levanta al final de una calle asfaltada, en una de las tantas ciudadelas -exclusivas y fortificadas- en la vía Samborondón.
Patricia Ochoa aparece detrás del portal de madera labrada. Viste un traje negro y lleva el cabello recogido en un sencillo lazo. Desde el crimen del general (sp) Jorge Gabela Bueno, su esposo, ella toma precauciones ante extraños. Pide credenciales al periodista.
Habla despacio al inicio, gesticula con sus manos. Luego su voz se vuelve enérgica y vehemente.
Con excepción de la reja, la casa de la familia Gabela luce igual desde la muerte del militar. En un pedestal aún está un casco negro y un par de guantes de piloto. En letras rojas se lee ‘Pollo’, el sobrenombre del General. El árbol de Navidad continúa en la sala. “A mi esposo le gustaba la Navidad”.
En el estudio se exhiben las medallas de Sofía, la mayor de las hijas. Cuando victimaron a su padre, ella abandonó su trabajo. La muerte le afectó profundamente.
Su testimonio y el de la menor de sus dos hijas, Anahí, de 21 años, son clave en la indagación del crimen del General, quien ocupó importantes funciones en la Fuerza Aérea Ecuatoriana, en las guerras de Paquisha (1981) y del Cenepa (1995). Hoy, ellas son las únicas testigos presenciales.
Gabela, teniente general en servicio pasivo y ex comandante de la FAE, fue baleado en su casa el 18 de diciembre. Fue nueve meses después de que planteó a la Asamblea sus dudas a la compra de los helicópteros indios Dhruv.
Ante la Comisión de Fiscalización y Control Político, expresó su desacuerdo con la adquisición de las aeronaves, por problemas que habían tenido en la misma India.
Gabela falleció el 28 de diciembre, en el Hospital Luis Vernaza, tras diez días en coma. Fue el primer comandante de la FAE en el gobierno de Rafael Correa.
Tenía tres títulos ‘Top Gun’, que lo acreditaban como uno de los mejores pilotos. En la pared de su despacho hay seis modelos de aviones, entre ellos un Mirage francés. Nadie los ha movido.
Las primeras versiones apuntaban a un intento de secuestro a su hija menor. La viuda no lo cree.
Su testimonio
“Mi hija entró por la puerta, que todo el tiempo estuvo abierta. Ingresó, la empujaron y cayó acá (señala la escalera que conduce al piso superior, a un metro de la entrada). Tuvo moretones y nadie en la Fiscalía ni en la Policía se interesó por eso. Ella se hizo ver en el Luis Vernaza, donde murió mi esposo.
Jorge bajaba las gradas y le dispararon. Ahí está el hueco ( indica un raspón en la pared, junto al tercer escalón). A mi esposo le dispararon en la entrada. El infeliz que lo hizo solo le vino a disparar. Me preocupa que digan que no es así.
Mi marido no sabía que venían por él. ¿Por qué seguirían a mi hija? ¿Por qué querían hacerle secuestro exprés a ella, cuando estaba dentro de la urbanización?
Mi hija se dio cuenta de que la perseguían al entrar a la urbanización, cuando el carro (que la seguía) se le pegó. ¿Por qué no le interceptaron ahí mismo?, ¿por qué esperaron hasta entrar?
Yo vi a un hombre que salía de aquí, detrás de la pared del estudio. Cuando bajé por la escalera vi solo a uno de los sujetos. Pero mi hija dice que fueron dos, él le tenía a mi esposo y le disparó, y el que venía del estudio. Si fue robo, como dicen, no se llevaron nada.
Queremos que se esclarezca si hubo intento de robo. ¿Por qué si mi marido bajaba sin arma, y mi hija estaba aquí, no era más fácil que nos maniataran y robaran?
Estamos desconcertadas. En otros casos ni siquiera hay amenaza y ya tienen apresados. Mi esposo fue amenazado públicamente; en todos los medios salió la amenaza de un general ¿Al señor lo están investigando?
En la Asamblea Nacional mi esposo fue amenazado. Allí dejó las evidencias de la persecución de otro general en servicio activo que está en la FAE. ¿Hicieron algo en la Asamblea? ¿Investigaron?
Mi familia está emocionalmente destrozada, nos quedamos sin el sustento de la casa. Yo sé que voy a recibir un montepío, pero…
Me preocupó que el Ministro del Interior haya dicho que la familia no había colaborado, cuando yo estuve pendiente de mi esposo. En primer lugar debía cuidarlo. Y mi hija mayor se ocupó de la menor, que estaba en shock.
Cuando fuimos a la marcha (por la seguridad en Guayaquil la semana pasada) nos dijeron que era política. No soy de ningún partido, tampoco mi esposo lo fue.
Lo único que me interesa es saber quién es el responsable de su muerte. Si fuese un crimen de Estado, que se llegue hasta la cabeza de quien ordenó la muerte, que pague… Solo quiero justicia”.
La Fiscalía tiene dos premisas del crimen
La Fiscalía de Samborondón, donde está el caso por la muerte de Gabela, ya recibió los resultados de Criminalística. Son de una bala disparada, y de las huellas dactilares en la casa. El fiscal René Astudillo dice que se analiza esa información, de tipo reservado.
La Fiscalía investiga bajo dos presunciones: el robo común y el crimen de Estado. Por lo segundo, el Fiscal solicitó las declaraciones del general (sp) de la FAE, Rodrigo Bohórquez, y de Manuel S. M.
Astudillo viajará a Quito para tomar la versión de este último. “Está recluido en una cárcel de Quito, pero aún no sabemos por qué”.
Bohórquez se retiró en el 2010, tras dejar la Comandancia de la FAE, el 8 de abril. Será llamado otra vez, pues no se fue al primer llamado, el miércoles pasado.
La viuda del ex General expresa su indignación por la lentitud de las investigaciones. Para ella, el hecho de que no haya un solo detenido, luego de un mes del crimen, tiene un trasfondo oscuro.
La familia ofreció recompensa por información
La familia Gabela Ochoa recaudó dinero para pagar una recompensa por información. Por la prensa se publicó un número con este fin. El abogado de la familia, Tito Quintero, dice que la Constitución le concede a las víctimas el derecho a usar estos medios.
La Fiscalía receptaba los datos. La Policía incautó el teléfono.
Patricia Ochoa dice tener pruebas de que su esposo empezó a ser vigilado, luego de evidenciar posibles irregularidades en la adquisición de naves de combate.
En una entrevista para un reportaje de este Diario, publicado el 1 de noviembre del 2009, Gabela mostró su inquietud por la donación de seis aviones usados, Mirage 50 venezolanos. “No entiendo cómo aviones que son más viejos que los que tenemos podrán mejorar la capacidad operativa”, cuestionó en esa ocasión.
Un mes después, un parte de la FAE -2 de diciembre, dirigido al Oficial de Control-, dispone que “previo al ingreso del señor Brigadier General Jorge Gabela a los repartos de la Institución, se notifique al señor COAD”. Lo firma el teniente coronel Antonio Puga D., del Grupo de Combate 221.
Gabela había salido de la FAE el 10 de abril del 2008. Patricia Ochoa dice que a su esposo no le gustaban las rejas. La familia adquirió la casa en Samborondón en el 2004. Pese al temor por posibles represalias, la familia no ha pensado en mudarse.
No hay testigos
A más de la viuda y de la hija menor de Gabela, la Fiscalía no tiene más versiones del caso.
En la garita de la urbanización hay dos guardias, pero no han receptado sus versiones.
El Fiscal pidió al Ministerio de Defensa un certificado de que el general Bohórquez está en servicio pasivo.