Orlando Q. no enfrentará un juicio ordinario por el presunto asesinato de Antonio Olivo.
El fiscal de Asuntos Indígenas, Vicente Tibán (hermano de la asambleísta Lourdes Tibán), afirmó ayer que la legislación ecuatoriana no permite juzgar a una persona dos veces por el mismo delito. “Si hay un acta de lo decidido por la comunidad, hasta ahí llegó el tema”, refirió el fiscal.
El domingo, en La Cocha (Cotopaxi), los dirigentes resolvieron que Orlando Q. no podrá abandonar el pueblo durante cinco años y que en ese tiempo deberá hacer trabajos comunitarios en su natal Guantopolo.
Los comuneros y familiares deberán garantizar que la disposición se cumpla. Antes de conocerse la resolución de la comunidad, el acusado estuvo retenido durante 15 días por la comunidad de La Cocha. Fue sentenciado a muerte, pero la comunidad desistió de ese castigo.
Tibán tiene previsto viajar hoy a Quito para entregar un informe sobre el caso al fiscal General, Washington Pesántez.
Mañana, en cambio, los dirigentes del Movimiento Indígena de Cotopaxi ofrecerán una rueda de prensa, para explicar cómo se llevó el caso. También oficializarán la decisión adoptada el domingo en La Cocha.
El ajusticiamiento de Orlando Q. causó un amplio debate sobre los alcances de la aplicación de la justicia indígena y la labor de los fiscales que trabajan en las zonas rurales. El miércoles pasado, Pesántez intentó llegar a la comuna para conversar con los dirigentes, pero los indígenas cerraron la carretera que une a La Cocha con Latacunga. Allí, el Fiscal cuestionó los procedimientos. “Castigar y liberar no es una aplicación de justicia indígena”, señaló.
El sábado, el presidente de la República, Rafael Correa, advirtió que si no liberaban a Orlando Q., los captores serían enjuiciados por secuestro. Casi de forma paralela, el acusado fue entregado a sus familiares y trasladado a la clínica Santa Cecilia, en Latacunga.
El hombre, de 22 años, dijo que tenía calambres y “fuertes dolores en la espalda y en las piernas por los castigos físicos impuestos en La Cocha”. Olimpia, una de sus hermanas, cuestionó la forma en que fue castigado por la comunidad. “No le dieron de comer, lo torturaron y golpearon”.
Los cuestionamientos también se dirigieron contra el fiscal Tibán, por haber llevado a Orlando Q. ante la comunidad para que sea juzgado. “24 presidentes de La Cocha castigaron a mi hermano. Eso no puede llamarse justicia indígena, eso se llama golpiza”, refirió la hermana.
Tibán aseguró que las medidas que se siguieron en el caso fueron las correctas. Pese a ello, los familiares de Orlando Q. no descartan presentar una demanda en contra del fiscal indígena. “La acción de Tibán no solo causó llanto y dolor a la familia del acusado, sino verguenza e indignación”.
Olimpia responsabiliza al Fiscal y también a los medios de comunicación. “Al asegurar que el autor del crimen es mi hermano nos han hecho sentir humillados y ofendidos. No es justo que camine por las calles del pueblo y la gente me grite: “ahí va la hermana del asesino”.
Luego del chequeo médico, Orlando volverá a Zumbahua a cumplir la sentencia. Ayer se esperaba que sea dado de alta.