El hecho violento se registró el martes 22 de octubre del 2019, en el sur de Quito. Foto: Archivo / EL COMERCIO
La voz de alerta la dio Josué R., un adolescente de 13 años, quien aterrado ante las agresiones que su padre propiciaba a su madre, decidió llamar a una tía. La familiar fue en busca de la policía, y al llegar al lugar constataron que dos cuerpos estaban en el suelo del dormitorio de la casa. El hecho se registró a las 10:00 del martes 22 de octubre de 2019, en el sector de La Mena 2, en el sur de Quito.
Cuando llegaron los agentes policiales, el lugar estaba cubierto de sangre. De los dos cuerpos encontrados uno estaba sin vida. La víctima fue identificada como Carmen E. de 42 años. Murió debido a múltiples heridas causadas con armas blancas y una herramienta de tubería.
El sospechoso de este feminicidio fue identificado como Julio R., de 55 años, su esposo. Él tenía heridas en su tórax y abdomen. Cuando lo encontraron aún tenía signos vitales, según señala un parte policial.
Un paramédico de la Policía llegó para brindar las primeras atenciones al hombre quien fue trasladado a una casa de salud, donde permanece bajo custodia policial.
En el dormitorio de la víctima, en un velador, junto a la cama, se encontraron dos cuchillos y una llave inglesa, herramientas con las que se presume se cometió el femicidio.
Agentes de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased) recabaron información en el lugar. Ellos realizaran las investigaciones pertinentes para determinar las causas del femicidio.
El artículo 141 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) estipula que “la persona que, como resultado de relaciones de poder manifestadas en cualquier tipo de violencia, de muerte a una mujer por el hecho de serlo o por su condición de género, será sancionada con pena privativa de libertad de 22 a 26 años”.