Hace un mes llegué a las 08:00 a mi local, donde vendo pósteres de artistas, paisajes, personajes infantiles y más. Los plásticos con que tapo la mercadería estaban levantados y desparramados por el suelo.
[[OBJECT]]Me asusté, por poco me desmayo al ver el desorden que había en mi local ubicado en la Plaza Urbina, en el centro de Ambato. Pensé que los delincuentes vaciaron mi local y dejaron lo que no valía. Me puse pálida, porque esta es la única actividad económica que realizo para mantener a mis dos hijos. Trabajo aquí desde hace dos meses.
Los ladrones se llevaron 240 pósteres de pinturas en lienzo, lo más caro, cada uno cuesta USD 1,25. Me robaron USD 300.
Los ladrones esperaron que todos los vendedores de los locales salieran para rebuscar, los guardias municipales que vigilan no vieron nada. Es lamentable. Para reponer la mercadería tuve que hacer un crédito en una cooperativa de ahorro y crédito. Ahora estoy endeudada en USD 500. Si no conseguía este dinero, mi puesto aún estuviera cerrado.
Denuncié a la Policía Municipal y hasta al administrador de la plaza sobre el robo, lo único que dijeron es que van a contratar a unos guardias de seguridad para que vigilaran las 24 horas.
Hasta el momento no se hace nada, solo fueron ofrecimientos. Nos da miedo. Ahora puse mejores seguridades para evitar que otra vez se sustraigan la mercadería que compré con mucho sacrificio y esfuerzo. Como propietaria del puesto pedí que me pusieran unas puertas de madera para que haya una mejor seguridad, pero aún no se concreta nada.
Los lunes, miércoles y viernes, que son días de feria, los delincuentes caminan mirando qué hay en cada uno de los locales. Ellos recorren los puestos de ropa, CD, utensilios de cocina y más, para ver qué sustraerse.
En la calle hay más robos y asaltos. Salimos en auxilio pero los delincuentes huyen, no les podemos atrapar. Tampoco hacer nada por temor a represalias.
La Policía en ocasiones hace una ronda por los alrededores, pero eso no es suficiente, requerimos más seguridad.
Una vez que nos dimos cuenta que se sustraían ropa de uno de los vecinos, cuando salimos a la calle a pedir auxilio a la Policía, me llevé una decepción: no hubo nadie a esa hora.
Pienso que las autoridades deben organizar mejor los turnos de los gendarmes. La ciudad no puede quedarse sin policías al mediodía, porque los delincuentes hacen de las suyas.
No podemos hacer nada y tenemos temor a las represalias de los delincuentes.