Carlos Ramírez
Su experiencia. Actual Presidente de la Corte Nacional de Justicia para el período de transición de la nueva Carta Magna (2008).
Su punto de vista. Mejorar la seguridad interna del Ecuador no es solo una labor de los operadores del sistema judicial.
La Función Judicial y la Corte Nacional de Justicia han sido criticadas desde hace años, incluso por el Presidente de la República. ¿Qué significa para usted ser parte de la denominada ‘Corte renovada’?
Los jueces resolvemos conflicto y no siempre podremos dar la razón a las dos partes. Y aquel que no ha sido favorecido, siempre nos criticará. Creo que es un término injusto generalizar la corrupción en la administración de Justicia. Pongo las manos al fuego, porque todos los operadores de justicia, jueces y magistrados son gente honesta. Aunque pudieran haber excepciones, para eso existen normas, procedimientos y sanciones pertinentes de las que está hecho cargo el Consejo de la Judicatura.
Entonces, ¿el Consejo de la Judicatura debe ser más riguroso al aplicar las sanciones a las que se refiere?
Las sanciones están previstas en la Ley y no pueden ser ni más ni menos rigurosas.
Pero existen irregularidades en la Función Judicial, que pueden manchar al resto de funcionarios.
Habría que revisar cada caso en particular. Pero las personas que conozcan de situaciones de este tipo están en la obligación de denunciarlas.
Ahora, como el mejor puntuado entre los 21nuevos jueces de la Corte, ¿cuáles son los cambios que impulsará para no arrastrar la mala reputación del sistema?
Desempeñarnos como lo hemos venido haciendo, con mucha responsabilidad, diligencia y probidad. Hay que aceptar que existe un gran número de actas rezagadas y sobre ese tema hemos venido dialogando para encontrar soluciones.
La nueva Corte heredará 10 125 causas. ¿Qué salida propondrá a sus colegas?
Una posibilidad sería la creación de salas temporales para resolver las causas que la Corte deja como pendientes.
En esos casos sin resolver se encuentran juicios polémicos como el del Presidente contra diario El Universo o el caso Dahik. ¿Qué pasa con estos juicios que son de interés público y han tenido una celeridad distinta a la de otros que han ingresado en los dos últimos años?
Por el principio de independencia interna, no puedo pronunciarme sobre el asunto. Pero sí quiero recalcar que esta Corte saliente ha resuelto casos emblemáticos. Aunque aún existen casos que no llegan a una resolución. Y esto quizá ocurrió fundamentalmente por los incidentes que proponen las partes y que la legislación vigente les permite.
Esta reestructuración se propuso a los ecuatorianos por medio de un referéndum con la iniciativa de mejorar la seguridad interna del Estado. ¿Cree que contar con una nueva Corte traerá una solución directa frente a los índices de criminalidad del país?
Los índices de criminalidad tienen sus causas sociales y no todo está en las manos de los operadores de justicia. Estoy convencido de que los responsables de la seguridad ciudadana somos todos los que formamos parte de esta sociedad.
Entonces, ¿acepta que los cambios en la Justicia no son la solución a la inseguridad, como se había planteado inicialmente hace un año?
No he dicho eso. Por eso estamos buscando soluciones en este proceso de reestructuración, pero no debemos ser los únicos que intervengamos en ese problema. Instituciones como la Policía también deben aportar en esta causa, así como todos los actores de la sociedad.
La elección de la nueva Corte se produjo bajo la dirección de tres vocales del Consejo de la Judicatura Transitorio, que incluyen a un representante nombrado por el Presidente, y el apoyo del Ministerio de Justicia, por ejemplo con la emergencia. ¿Cómo garantizar la independencia de su tarea?
Los miembros del Consejo de la Judicatura Transitorio están haciendo un trabajo con el aval del pueblo. Ellos están garantizados por la consulta popular y las reformas constitucionales que se realizaron para este cambio en el sistema de Justicia.