Un hombre, víctima de robo, contó los momentos de terror que vivió en el sector de la Mitad del Mundo, en el norte de Quito, el miércoles 2 de noviembre de 2022.
La persona, identificada como Andrés Tinajero Moreano, escribió en Twitter su testimonio. Amigos y allegados se solidarizaron con él.
“Vivo para contarlo: El día 2 de noviembre fui víctima de la delincuencia que abunda en este país. A las 15:00 en el sector Mitad del Mundo dos sujetos me abordaron, me llevaron en mi auto con vía a Llano Grande, desarmaban el auto mientras me golpeaban.
Me amenazaban de muerte y me apuntaban con un arma. Solo pensé en algo: mi familia, mi novia y mis perras. Es todo lo que pasaba por mi mente, el dolor de los golpes era lo de menos, lo material: un auto, una computadora… regresarán con esfuerzo.
Pero lo peor estaba por venir. Me cambiaron de auto, me volvieron a golpear, sacaron todo el dinero de mi cuenta. Y cuando pensé, el dolor vino en esa laptop en donde está mi esfuerzo, que por 5 años trabajé. Capacité a emprendedores, asesoré en libros, documentos… Y me entró la amargura.
Sí, lo material no duele, pero sí duele que tu dedicación y esfuerzo se vean desvanecidos por la situación de un país que se nos fue de las manos… Pedía a Dios por mi vida y tras varias horas de terror fui lanzado en Monte Olivo sur, lugar que según vecinos es habitual dejar gente golpeada o mal herida después de un robo.
Y me preguntó si ya se sabe eso la Policía Nacional y el Ministerio de Gobierno. ¡Qué esperan para actuar!… Un patrullero, cámaras… absolutamente nada. Caminé por 20 minutos hasta que me ayudaron, me llevaron a un lugar seguro y volví a la vida con mucho dolor, con mucha impotencia y sumido en una tristeza enorme.
Mi esfuerzo se fue, la delincuencia ganó. La gente mala es mucho más que la buena. La bondad ya no existe y el abandono es evidente por parte de todas las instituciones.
Y lo peor, al hacer la denuncia, les cuento que me amenazaron con usar el auto de bomba. Que no denuncie, que me calle. Y valiente como me criaron mis padres fui golpeado, cansado y sin ganas para que me digan: ‘Bueno ya está, veamos qué pasa en Fiscalía’.
Espero no usen mi auto para eso pero me duele más un país tan vacío y sin rumbo. No sé si mi experiencia sirva de algo, pero siento en mi corazón que no hay un futuro en este país que poco o nada importa la vida. Ojalá no me equivoque y existan políticos que hagan su deber”.
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