La imagen de la Función Judicial se ha visto afectada por pugnas entre la Corte Nacional de Justicia (CNJ) y el Consejo de la Judicatura (CJ) o por fallos polémicos. ¿Cómo superar esos problemas ?
Las respuestas no son sencillas, porque los problemas tampoco son sencillos. Hay dificultades complejas por las que está atravesando la Función Judicial, en su independencia, imparcialidad, confianza y eficacia. En estos cuatro componentes se pueden encontrar líos. Además, el tema es complejo porque al deterioro histórico ahora se suma un proceso de transición mal diseñado.¿A qué se refiere?
Primero: una crisis anticipada de la Corte. Cuando en la Asamblea de Montecristi se proponía reducir el número de magistrados y que los iban a dejar como temporales, la Corte en pleno viajó allá (Montecristi). Dijeron que renunciarían y que no iban a aceptar ese encargo. A pesar de eso, luego dijeron que no. Lo que se debió decir es que todas las instituciones funcionen con las mismas reglas hasta que se nombre al nuevo CJ y a la CNJ.
¿Qué otro error existe?
A la Función Judicial pasó el hábeas corpus, es decir, todo lo que hacían los alcaldes ahora es competencia de los jueces. Y a las cortes superiores se dispuso que conocieran las acciones de protección en segunda instancia. Se les cargó de trabajo.
Además, sin personal ni infraestructura.
Y en un momento de crisis. Si se combina la crisis histórica más la crisis de la transición, el resultado es nefasto, es muy grave.
El Consejo de la Judicatura comenzó a nombrar jueces temporales. ¿Es correcto?
Nombrar más jueces temporales en plena crisis profundiza la falta de credibilidad en la justicia.
¿Qué hacer?
Lo único que se puede esperar es que el proceso de transición no dure mucho.
Pero en el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs) se dijo que no se aceptarán presiones
Parcialmente le doy la razón, porque si volvemos a caer en el error de hacerlo todo por urgencia, volveremos a tener resultados como los de ahora. Si todo llega a formarse rápidamente, la transición demoraría al menos un año.
¿No es mucho tiempo?
Muchísimo tiempo. Los intereses del Estado, de los particulares, de las empresas están en manos de una Función Judicial que no tiene credibilidad y que tiene problemas de funcionamiento, de lentitud, de eficacia.
Lejos de hallar soluciones a estos problemas, la CNJ y el CJ entraron en pugnas.
Históricamente se han enfrentado y no es la primera vez. El problema es que el CJ, para sancionar a los jueces, entró a examinar los contendidos de un fallo.
¿Eso fue un error?
Sí, porque el CJ tiene funciones administrativas, no jurisdiccionales. No puede decir esos jueces se equivocaron.
¿La CNJ tiene razón al protestar?
Tiene razón en el sentido de que le revisaron el fallo.
Pero son fallos polémicos, como el de Guillermo ‘Pichi’ Castro o la liberación de César Fernández
Fallos polémicos muy graves, pero la pregunta debería ser: ¿si en una estructura de independencia un órgano administrativo debería revisar los fallos?
Pero estos fallos deterioraron más la imagen de la CNJ
Diría que empeora la ya deteriorada imagen.
Frente a eso, hay 100 000 juicios de la Niñez y 50 000 más de Trabajo represados
La independencia, imparcialidad, credibilidad y eficacia de la Función Judicial tienen una calificación por debajo del promedio de América Latina. En materia civil, los juicios duran hasta cinco años. Todos los indicadores son negativos. Y aquí hay una cuestión. El Gobierno no puede decir que esta no es su Función Judicial
¿Cuál es la evidencia?
La Corte Nacional de Justicia es de ellos, el CJ es de este período, el Fiscal General fue nombrado por este CJ, el Defensor Público y la Corte Constitucional también.