El gobernador del Guayas, Roberto Cuero, estuvo esta semana en apuros cuando fue involucrado en un acto de abuso de poder, junto a una Comisaria de Policía acusada de supuestos actos de corrupción.
Pese a existir una cartilla policial que registra el hecho de que los funcionarios impidieron que se cerrara un bar en la hora reglamentaria dijo que era falso. Y el miércoles pasado en una rueda de prensa desafió diciendo: “Uno no sabe cuando sale de estos puestos públicos. Yo hablé con el Presidente de estos temas. Quienes quieren verme fuera deberán esperar un poquito más”.
Prácticamente dijo que estaba garantizado en el cargo de Gobernador que ocupa desde el 5 de agosto del 2009, cuando se convirtió en el primer afroecuatoriano en ese cargo del Guayas.
Aunque el día anterior en el conversatorio del presidente Rafael Correa, el Gobernador se mostró dubitativo, nervioso e impreciso. El Mandatario le pidió explicaciones públicas del hecho denunciado, cuando fue mencionada por la prensa en las preguntas que le hicieron.
El documento, elaborado por un subteniente de Policía, detalla que Cuero se negó a retirarse de una discoteca, pese a que esta ya quería cerrar. El parte, elaborado a las 02:00, menciona que el funcionario estaba acompañado de la comisaria III de Policía, Jackeline Hurtado, aunque no se menciona la fecha en que ocurrió.
El policía -menciona el parte- le dijo a Cuero que ya era hora de que el bar cerrara, “momento en el cual de una forma déspota y tuteándole” el funcionario le dijo que se retirara del lugar que “no sabe con quién está hablando…”.
El Presidente se mostró molesto en el conversatorio. “Por favor, (Cuero) dale día, fecha, hora y persona con la que estuviste para que (la prensa) pueda entrevistar a esa persona”, dijo Correa.
Cuero aceptó que estaba en el establecimiento con la comisaria Hurtado, aunque no la mencionó directamente. “Yo les voy a probar a los medios, con las versiones de personas que estuvimos ahí, que no estábamos bailando, estábamos terminado de comer”.
El Mandatario dijo que si la comisaria había infringido la ley debería renunciar al puesto. Para ese día ella ya está involucrada en una serie de denuncias sobre el supuesto cobro de coimas a los dueños de bares de la zona rosa.
Según algunos dueños de locales, se hicieron pagos a cambio de que se levantaran clausuras, además del abuso de poder por parte de la comisaria. Ricardo Tomalá, vocero de la Asociación de Bares y Centros Nocturnos de Guayaquil, que agrupa a 40 locales, la mayoría de la zona rosa, fue directo.
“Jamás hemos tenido problemas con la Policía, siempre en los operativos hemos colaborado. Solo con esta comisaria hemos tenido problemas, porque ha venido arbitrariamente a faltarnos a nuestros derechos”.
Al día siguiente de la advertencia de Correa, Hurtado renunció al cargo junto con otros cuatro comisarios de Guayaquil. Esto mientras paralelamente estaba en marcha una investigación de la Secretaría de Transparencia.
Esta semana también salió del puesto del intendente del Guayas, Julio César Quiñónez, quien dijo que Cuero le pidió la renuncia a raíz de que Transparencia hacía la investigación.
Cuero parece que está aferrado al cargo, pues el presidente Correa le ha dado su apoyo públicamente en otras ocasiones, aunque las últimas denuncias salpiquen la moral y ética del funcionario. Además, lo mostró como un contendor del asambleísta Andrés Roche (Madera de Guerrero) para una pelea “uno a uno”. Esto a raíz de las agresiones a funcionarios en una audiencia judicial por el polémico busto del ex alcalde León Febres Cordero. Pero cuando Roche lo fue a buscar a la Gobernación no estaba. “Estaba ahí, pero tengo entendido que se refugió en el tercer piso”, dijo Roche en tono burlón.
Años antes, Cuero también ha salido a responder políticamente al alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, pero este más bien le ha mandado recaderos.