Los ciudadanos de Oriente Medio estaban alojados en cuatro hostales de La Mariscal, en la zona turística de Quito. La madrugada del 9 de marzo, la Policía los arrestó en una redada que salpicó a 66 extranjeros, por un posible tráfico de personas.
¿El país está en el mapa de la trata de personas? En el 2003, las autoridades escrutaron a un asiático de 28 años, oriundo de Fujian, provincia china donde está asentada la mafia Fu Chin, investigada en Argentina por usar la fachada de restaurantes bufé para el coyotaje. Aquí, el extranjero fue indagado como el supuesto responsable del manejo de miles de visas ilegales para chinos, en el gobierno de Lucio Gutiérrez (2003-2005).
El inusual ingreso de asiáticos a Ecuador fue alertado por Wilson Alulema, entonces jefe de la Policía Aeroportuaria (ahora general y Jefe del Estado Mayor). El 27 de octubre del 2004, él informó al Director de Migración que, telefónicamente, un hombre le había ofrecido USD 20 000 al mes si dejaba pasar a unos 60 chinos por semana.
La detención de 66 ciudadanos de Oriente Medio, el 9 de marzo en Quito, evoca al caso de visas chinas. Los viajeros ya no pagan por papeles falsos: rige la ciudadanía universal. Pero detrás también hay peligrosas células del crimen; ¿por qué el sigilo oficial?
Los 32 haitianos rescatados el jueves, en cambio, develan la diáspora de los pobres. Tiempo quizá de estudiar el impacto humanitario y la seguridad de la libre movilidad.