El único retén del cantón Daule (Guayas) es un cuarto que aloja a solo cinco infractores. Este espacio fue adecuado en un local de dos plantas que ocupa el Comando Sectorial de la Policía, frente al parque central de esta localidad rural, vecina de Guayaquil. El viejo inmueble de paredes blancas se levanta a orillas del río Daule.
El jefe del destacamento, Gonzalo Avilés, se abstiene de mostrar el interior de la celda. Al contrario, se apresura en afirmar que en ese cuarto los detenidos no pasan más de 48 horas “porque hay que respetar los derechos de los infractores”. Dice que la autorización para fotografiar las condiciones del retén debe darla el Ministerio de Justicia, regente del sistema carcelario en el país.
Un deteriorado patrullero, en cuyo balde se acumula la hojarasca que cae de los árboles del parque, atestigua las deficiencias en logística de este destacamento rural, que además de Daule debe dar seguridad a los cantones vecinos Santa Lucía y Nobol. “Digamos que hacemos todo lo posible por cumplir con las disposiciones legales y no tener inconvenientes”, dice el oficial, al referirse a la infraestructura del retén.
Entre esas disposiciones está el hecho de que los infractores sean llevados a los calabozos del Centro de Detención Provisional de la Policía Judicial del Guayas, en el norte de Guayaquil. En cambio, quienes cometen delitos mayores pasan a la Penitenciaría (si están con prisión preventiva).
En Daule, los delitos más frecuentes que se sancionan con prisión son el robo de motos y el cuatrerismo, según la Fiscalía. Los asesinatos, asegura Avilés, son poco frecuentes, y se registran por litigios de tierras o riñas.
Con solo dos fiscales a cargo de las investigaciones, la Fiscalía del cantón recepta un promedio de nueve denuncias a diario. El 50% es por robo de motos. Por ello, el fiscal Rosendo Merino considera que debería adecuarse un retén más para los infractores. Ambos fiscales también deben investigar los delitos que se registran en los cantones vecinos Balzar y Pedro Carbo, y otros que se reportan en la vía a Daule, mucho más cerca de Guayaquil, pero que por jurisdicción le corresponden a Daule.
Merino asegura que para evitar saturar el retén, tratan de evacuar primero los casos de delitos flagrantes, para que los detenidos no pasen más de 24 horas privados de libertad.
Merino menciona que cuando se efectúan audiencias en Daule, los detenidos deben ser trasladados al juzgado desde Guayaquil para la diligencia y luego son devueltos a esa ciudad. “Esos traslados involucran toda una logística de seguridad”.
Víctor García, secretario del único juzgado Penal de Daule, mantiene igual preocupación sobre la condición del retén de la localidad. El juez titular, Andrés Villegas, posesionado hace 15 días, no quiso pronunciarse al respecto. Además de Daule, este juzgado ubicado en un local alquilado a la Curia desde hace 19 años, debe revisar las causas de otros siete cantones aledaños: Santa Lucía, Palestina, Daule, Nobol, Salitre, Lomas de Sargentillo, Isidro Ayora y Pedro Carbo. “En el retén se mezclan los detenidos por infracciones de tránsito con los delincuentes comunes”, asegura.
En el cantón Balzar también existe un pequeño retén, con capacidad para cuatro personas, ubicado en el único destacamento policial de la localidad.
En el cantón Milagro, en el suroeste de la provincia, la deficiente infraestructura del retén no está lejos de parecerse a la de Daule. La única celda habilitada para alojar a los infractores se ubica en el ala derecha de un antiguo edificio de construcción mixta, que aloja al comando sectorial del cantón. Las otras tres celdas sirven actualmente como bodegas.
La mañana del pasado lunes, dos hombres yacían recostados en el piso de la celda, iluminada tenuemente bajo el vano de una escalera. Rafael Añasco, jefe del destacamento de Milagro, hace la misma advertencia de no tomar fotos a las celdas. Sostiene que son disposiciones superiores.
Según el oficial, tienen la orden de no mantener recluidos a los infractores por más de 48 horas. “Tratamos de trasladarlos a Guayaquil lo más pronto posible”.
El coordinador de la Fiscalía de Milagro, Félix Moreno, sostiene que no se podría hablar de condiciones de hacinamiento en el retén, porque los detenidos son llevados directamente a Guayaquil.
Aun así, considera que debido al crecimiento de la población, sí debería considerarse la creación de un centro de rehabilitación social en el cantón.
La Fiscalía de Milagro trabaja con seis agentes en un edificio nuevo en el centro de la ciudad.
Los fiscales indagan por igual todo tipo de delitos, desde asaltos y hurtos hasta procesos por tráfico de drogas y sicariato.
Los procesos son llevados por los dos únicos juzgados penales que hay en el cantón.
En otros catones
En las localidades de Durán y Pedro Carbo también hay retenes temporales. En el primero hay cuatro fiscales y en el segundo, uno. En Durán hay dos juzgados.
La Fiscalía de Milagro recepta un 50% de denuncias por robo de motos y por asalto en estos automotores. Luego de las audiencias de flagrancia, los detenidos son trasladados al retén y luego a la Penitenciaría.
190 procesos se acumulaban hasta el pasado lunes, en el único Juzgado de Garantías Penales de Daule, correspondientes al 2012. 100 procesos más permanecen de años anteriores.
El juzgado penal de Daule está saturado. Los expedientes permanecen sobre estantes, escritorios y en el piso.