Más cajeros son atacados; se rastrea a bandas extranjeras

El 18 de junio, una banda hizo explotar un cajero, en Tumbaco, y sustrajeron el dinero. Foto: Cortesía

La explosión y robo de dos cajeros automáticos tardó tres minutos. El ataque quedó registrado en una cámara de videovigilancia. En las imágenes se observa cómo cuatro hombres con capuchas y pasamontañas vulneran las seguridades de una puerta metálica e ingresan a un local comercial en Machachi-Mejía. Todo ocurrió a las 23:43 del jueves pasado.

Luego de la detonación, los sospechosos salieron de ese almacén con un compartimento metálico, donde estaba almacenado el dinero. Se subieron a un vehículo y huyeron. Tras la alerta del ECU-911, agentes desplegaron un operativo y detuvieron a dos personas; el resto se fugó. Además, decomisaron USD 18 000 en efectivo.

Según la Policía, se trata de un nuevo fenómeno delictivo en el país. Informes oficiales muestran que la primera denuncia se conoció en el 2019 en Guayaquil y el año pasado hubo otro caso en esa ciudad.

Sin embargo, entre enero y julio de este año ya se han perpetrado ocho explosiones a cajeros automáticos en Pichincha, Guayas, Azuay y Santo Domingo de los Tsáchilas.

Estos hechos prendieron las alertas y por eso agentes de investigación e Inteligencia se desplegaron a todo el país. La disposición que recibieron fue frenar a estas bandas.

En lo que va de este año, los uniformados han detenido a siete personas. Cinco de ellas fueron capturadas el pasado 27 de mayo, en el sector de El Condado, en el norte de Quito.

Según las primeras pesquisas, ellos hicieron estallar tres cajeros para intentar robar USD 300 000. Al capturarlos, se comprobó que los cinco sospechosos son chilenos. Tres de ellos tenían antecedentes penales por robo en su país.

Este Diario cruzó información con agentes que rastrean estos casos y conoció que esta modalidad delictiva se originó en Chile, en el 2014.

Investigaciones revelan que los ahora detenidos ingresaron al país irregularmente, por pasos fronterizos ilegales.

Un jefe policial indicó que tras realizar un análisis se determinó que las redes criminales “se han percatado que los cajeros del Ecuador tienen sistemas de seguridad vulnerables”. Además, dijo que las organizaciones “aprovechan la oportunidad de obtener más ganancias al robar dólares”.

En siete de ocho casos perpetrados este año, los miembros de las organizaciones delictivas hicieron estallar los cajeros, pero no lograron concretar el robo. Solo en una ocasión pudieron llevarse el dinero y aún no han sido localizados.

Ese hecho ocurrió a las 04:47 del 18 de junio pasado, en Tumbaco, en el oriente de Quito.

Cinco encapuchados se bajaron de un vehículo junto a una farmacia. Usaron una vara de metal para romper el vidrio de la ventana del local y acceder al sitio donde estaba el cajero.

Con una explosión lograron acceder al efectivo. Huyeron con USD 60 000. Ahora este caso está en investigación.

Tras lo ocurrido, personal de la Unidad Antiexplosivos de la Policía acudió al lugar para recabar evidencias. Entre los indicios encontrados consta una suelda autógena, dos tanques de oxígeno y acetileno, también guantes, mangueras, cables de cinco metros de largo y una batería de automóvil.

Según las investigaciones, las redes delictivas consiguen estos materiales en ferreterías o locales que venden material industrial. El objetivo es combinar esos dos gases químicos para provocar la detonación. Esta técnica se la conoce como una “explosión por gas saturado”.

Según Inteligencia, las bandas están conformadas entre dos y cinco personas. En cada organización hay un experto en manejar esas herramientas y los compuestos.

Por ejemplo, un cajero ubicado en los exteriores de un supermercado de carnes fue detonado por cinco sospechosos que intentaron robarse el dinero guardado en su interior. Ocurrió la madrugada del 20 de julio en el km 9 de la vía a la costa, en el oeste de Guayaquil.

Un patrullero que circulaba por el sector se percató que los sospechosos intentaban apagar el fuego que se había generado. Al notar la presencia policial, los hombres huyeron en un vehículo. Hubo una persecución. En la vía Guayaquil- Santa Elena, abandonaron la caja metálica con el dinero en la calle y escaparon.

Ante estos hechos, la Dirección de la Policía Judicial ha mantenido al menos siete reuniones en este año con las asociaciones de bancos y jefes de seguridad de las entidades bancarias. La idea es “acordar estrategias conjuntas” para evitar este tipo de ataques.

La última reunión se realizó el fin de semana. Allí se plantearon diferentes propuestas.

Por ejemplo, que existan guardias en los cajeros, fortalecer las estructuras con nichos de hormigón o usar una técnica de entintado de billetes, es decir que si estos aparatos son vulnerados, el dinero se mancha con una tinta especial. Así el efectivo queda inservible.

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