El tránsito vehicular en las calles y avenidas del norte y centro de Manta fue interrumpido a media mañana. Ayer, a las 10:30, los cuerpos de Danilo Bowen, de 22 años, y Luis Jaramillo, de 20, fueron trasladados por familiares y amigos desde sus lugares de residencia en la 20 de Mayo y Las Cumbres, en el noreste de Manta.
[[OBJECT]]Los jóvenes estaban desaparecidos desde el pasado domingo. Pero la tarde del martes fueron encontrados por un campesino. Esto ocurrió a las 18:00, en las canteras en el poblado de Picoazá, al noroeste de Portoviejo.
Tras las autopsias hechas por dos médicos legistas en la morgue del cementerio de Portoviejo, los cuerpos fueron entregados a sus familiares la madrugada del martes. Estaban en avanzado estado de descomposición.
El féretro de Danilo Bowen fue llevado por sus amigos y familiares hacia el cementerio de Marbella. Cerca de 800 personas acompañaron el cortejo fúnebre.
“Era un buen chico, estaba aprendiendo el oficio de albañilería”, comentaba José Z., un vecino del joven fallecido.
Tres mujeres se desmayaron, mientras la gente llevaba los féretros. Por eso se movilizó a voluntarios del Cuerpo de Bomberos.
El funeral de Danilo se realizó con relativa normalidad. No así el de Luis Jaramillo.
El féretro con el cuerpo de “ Luisito”, como lo recuerdan sus amigos, fue cargado en hombros desde Las Cumbres hasta el cementerio de la parroquia Eloy Alfaro.
En el camino, sus parientes y amigos llevaron el ataúd hasta los exteriores de la Fiscalía y la Policía, en la avenida 4 de Noviembre. “Muchos sabemos que podrían estar implicados policías en este doble asesinato”, dijo Fabián S., un vecino.
Una ronda con 30 motociclistas y sus vehículos circulaban alrededor del ataúd de Luis.
En la parroquia Tarqui, al cortejo fúnebre se unieron tres guitarristas y empezaron a entonar canciones de Julio Jaramillo en honor al joven.
Tras este doble asesinato, aún hay denuncias, pero solo sobre la desaparición y no del crimen.
Hasta ayer no se presentaba queja alguna y el caso está en la oficina de la fiscal Sonia Barcia.
Este Diario acudió a la oficina de la funcionaria, pero sus colaboradores dijeron que no estaba.
Lo que se conoció es que la fiscal sigue recopilando testimonios, especialmente en el barrio Jocay, último sitio donde fueron vistos con vida Danilo y Luis.
Edwin Gómez, jefe de la Policía Judicial (PJ) Manta, insistió que la gente se deja llevar de rumores.
“Hay personas que acusan sin pruebas. Nosotros escuchamos que Luis Jaramillo al parecer estaba armado. Pero son rumores y tenemos que desvirtuarlos o afirmarlos con investigación”.
Este hecho se produce cuando el Gobierno plantea una reforma policial para que la institución sea más civil, apegada a los vecinos y a los barrios. De hecho, el general Wilson Alulema, jefe de Estado Mayor de la entidad, aseguró la semana pasada que en esa línea, incluso de los cánticos que se usan en la formación física de los agentes se eliminaron términos como enemigos.
En Manta, la muerte de los jóvenes conmocionó a todos. Glenda Z., quien dijo tener pruebas sobre la supuesta participación de policías en la desaparición y posterior muerte, aún no declara.
Una persona cercana a Danilo es testigo clave en el caso, pues estuvo con el joven hasta que salió en su motocicleta acompañado de Luis, el domingo, a las 03:30.
Según el Jefe de la PJ, “ese testigo será llamado a dar su versión”.
En el informe de los médicos legistas, el cuerpo de Bowen presentaba cinco impactos de bala y el de Jaramillo, dos disparos en la cabeza. No tenían señales de tortura. El informe fue entregado a la Policía y a la Fiscalía.
Gómez insistió que “la institución no ocultará nada si fuese el caso de que algún uniformado estuviese involucrado en la muerte de los dos jóvenes”. Agregó que se conformará un equipo con elementos de escuadrones de élite de Guayaquil y Manta para que investigue sobre las dos muertes.