Daniel García. Pdte. Junta Parroquial de Ricaurte (Cuenca).
La inseguridad generada por asaltos, criminalidad y violencia es un problema serio en el país. En Cuenca es imposible hablar de un proyecto de seguridad integral que incluya al cantón con sus 21 parroquias rurales, y que beneficie a toda la población.
Para esto debe existir un compromiso de trabajo directo de las autoridades de todas las entidades que tienen que ver con el tema. La seguridad no tiene que quedar reducida a políticas implementadas en sectores estratégicos. Debería aplicarse un trabajo más integral con todas las parroquias, porque los sospechosos rotan y están en todo lugar que les resulte atractivo.
La parroquia Ricaurte, con una población de 20 000 habitantes, tiene solo dos policías, un vehículo que pasa siempre dañado y no tienen ni motos y cada semana se registran asaltos a locales comerciales… Otro problema es la rotación permanente de los policías. Cuando empezamos a trabajar de forma coordinada en brigadas de seguridad son cambiados.
El Policía debe ser de la zona o quedarse en un determinado lugar por lo menos durante cinco años. Además, antes de ser removido, dejar a su reemplazo embarcado en el trabajo planificado con la comunidad.