Una vez que han cumplido todos estos requisitos el conductor debe presentar su licencia, para que personal de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) revise la cantidad de puntos que posee. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Aproximadamente 20 minutos toma la inspección física y documental que se realiza a las unidades de transporte intercantonal e interprovincial antes de que salgan de las cinco terminales que existen en Quito: Marín, Ofelia, Río Coca, Quitumbe y Carcelén.
El primer control es físico. Allí los agentes de tránsito revisan el estado de los neumáticos, el nivel y condiciones del labrado, así también visualizan el funcionamiento de luces y plumas y corroboran la existencia de la llanta de emergencia y caja de herramientas.
Una vez que han cumplido todos estos requisitos el conductor debe presentar su licencia, para que personal de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) revise la cantidad de puntos que posee. Luego se comprueba que la matrícula y la revisión técnica vehicular se encuentren vigentes y finalmente el conductor es sometido a una prueba de alcoholemia.
Luego de este procedimiento un agente de tránsito sube al bus y aleatoriamente escoge pasajeros para verificar si sus nombres constan en la lista presentada por el conductor.
“Solo una vez que se han cumplido todos esos requisitos la unidad puede salir de la terminal. Caso contrario no. Esta revisión se realiza todo el tiempo en el 100% de las unidades”, explicó Fausto Miranda, director de la AMT.
El funcionario enfatizó que la inspección que la AMT realiza en las terminales es visual y documental, más no una revisión técnica vehicular, que es competencia de cada Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD). “Cada GAD es responsable de la revisión técnica vehicular de sus unidades. Nuestra responsabilidad son los vehículos con placa de Pichincha”.
Para Miranda es fundamental que las unidades de transporte público y comercial aprueben durante el año al menos dos revisiones técnicas y no solo una como es actualmente. “Hace un año por un decreto Presidencial se suspendió una revisión. Debe haber las revisiones que sean necesarias porque los vehículos de transporte público y comercial recorren mayor cantidad de kilómetros y los carros se deterioran más”.
Según cifras de la AMT en lo que va del 2017 se fiscalizaron 178 997 unidades de transporte en la terminal Quitumbe, de las cuales 314 fueron impedidas de salir por no cumplir con los requisitos de la inspección física y documental. Mientras que en Carcelén se inspeccionó a 7 931, de las cuales 285 no cumplieron con todos los parámetros.