Los policías patrullan armados. Usan pistolas, chaleco antibalas, cascos y camuflaje. Así caminan por las calles adoquinadas que rodean el cementerio de Borbón, el pueblo central de Eloy Alfaro (Esmeraldas), en donde el lunes asesinaron al concejal Wágner Castillo.
La gente tiene miedo, pero recuerda escenas de cómo la gente aparece sin vida. Hace dos años, desconocidos mataron a cuatro personas. Los vecinos dicen que fueron paramilitares que en lanchas entraron desde Colombia.
El 31 de diciembre acribillaron a otro hombre, de quien se decía era el cabecilla de una red que extorsionaba a pobladores y a empresarios, a cambio de una supuesta seguridad personal.
El guardaespaldas del Alcalde de Eloy Alfaro también fue asesinado. ¿Qué hay detrás de estos hechos violentos? Informes de la Policía dicen que por el fronterizo San Lorenzo y por Eloy Alfaro se trafican drogas y armas. Además, ingresan grupos armados.
Pero en Borbón también se ha detectado a chulqueros, que prestan dinero al 20% de interés al mes, cuando el porcentaje permitido legalmente es del 16,30% anual, en créditos de consumo.
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¿Existe relación entre los prestamistas informales y el sicariato en Ecuador? El informe sobre ejecuciones extrajudiciales presentado por el relator de Naciones Unidas, Philiph Alston, señala que, “en gran medida, los usureros o chulqueros son los principales empleadores de sicarios”.
El documento indica que “la gente que no puede obtener créditos de bancos y otras instituciones, recurre a préstamos de individuos que bien podrían estar lavando dinero procedente del narcotráfico y quienes cargan hasta el 10% de interés diario”.
Según Alston, cuando el pago se torna difícil, los chulqueros se encargan de dar un escarmiento violento o muerte a los deudores, algunas veces usando a menores de edad como “cobradores”.
Datos de la Policía Judicial señalan que hasta marzo de este año, en Esmeraldas se han reportado 59 homicidios. En el 2011 hubo 263 muertes violentas.
En Eloy Alfaro no hay jueces ni fiscales. Todos los trámites judiciales se realizan en San Lorenzo, a dos horas de allí. Por eso, el fiscal de turno no llegó al levantamiento del cadáver del concejal asesinado en Borbón y tampoco se realizó la autopsia.
Agentes dicen que eso dificulta las investigaciones, pues “no se pueden recabar evidencias”.
En San Lorenzo ocurre algo similar. El cementerio de esa ciudad, limítrofe con Colombia, no tiene morgue ni cuartos fríos.
Cuando hay exhumaciones, los cuerpos son analizados sobre las planchas de otros nichos.
Para ese trabajo, el agua se traslada desde un grifo que está ubicado en la entrada del cementerio. Pero hay días en que no hay servicio. ¿Qué hacen cuando eso ocurre? “Compramos agua sin gas en botellas”, responde uno de los investigadores. “Esta clase de investigación es muy arcaica”.
En Eloy Alfaro también hay necesidades. Allí viven 6 200 habitantes, pero en Borbón, su capital, apenas operan siete policías y cuatro miembros de la Armada.
Los uniformados dicen que en los operativos emplean cinco hombres y cuando se presentan problemas fuertes piden ayuda a La Tola y a San Lorenzo.
Eso ocurrió tras la muerte del concejal. El hecho alborotó a la población, que linchó a una persona que presuntamente disparó en contra del funcionario. Tras la agresión, el sospechoso falleció.
Cerca a Borbón está La Tola, en donde se ha decomisado cerca de tres toneladas de marihuana en lo que va del año. Son las propias autoridades las que reconocen la escasez de uniformados y la presencia de mafias organizadas. A esto se suma que los controles de armas se realizan solo en las carretera, pero no en el pueblo. El miedo hace que la gente deje el pueblo.