La muerte de un niño de 19 meses, hijo de una ecuatoriana, a manos de su padre conmocionó a España: el hombre, un uruguayo de 32 años, le degolló en su propia casa de Madrid y clavó un cuchillo a su otro hijo, de cinco años, que se recupera en un hospital.
Hoy el presunto homicida trató de ahorcarse en el calabozo donde fue encerrado.
La macabra historia saltó a todos los medios de comunicación del país y despertó de nuevo el debate sobre la situación de riesgo que viven los menores en hogares con violencia machista.
Aunque en este caso la madre no había denunciado al presunto homicida, afirmó ante los agentes que la maltrataba. “Desafortunadamente, los niños y niñas son instrumentalizados para hacer daño a la mujer”, alerta en conversación con la experta Liliana Orjuela, coordinadora de Derechos de la Infancia de la ONG Save the Children.
Tras una primera investigación, el gobierno español confirmó hoy 29 de abril que el crimen ocurrido en Madrid es un nuevo caso de violencia machista, una lacra que se cobrado ya la vida de 22 mujeres en España en 2014. “Los niños han sufrido en sus propias carnes la violencia y los malos tratos de su padre hacia su madre y hacia ellos mismos”, dijo la secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Susana Camarero, quien animó a las mujeres maltratadas a denunciar para evitar que los agresores tengan la custodia de los hijos.
Los hechos tuvieron lugar en la madrugada del domingo.
La mujer, de nacionalidad ecuatoriana, había dejado a sus dos hijos con su ex pareja. Cuando telefoneó para ir a recogerlos, sospechó que el hombre estaba borracho y acudió a la vivienda acompañada de su hermana. Pero al llegar, el pequeño estaba ya muerto.
Había sido degollado a sangre fría en presencia de su hermano, de cinco años, quien tenía un cuchillo clavado en la espalda, por lo que fue trasladado inmediatamente a un hospital.
Los vecinos alertaron a la policía y los agentes detuvieron al presunto homicida en la vivienda en la que hasta un mes antes había convivido toda la familia. Dijo que mató a su hijo “por su bien“, porque no quería que tuviera la misma vida que su madre.
En España no hay datos oficiales sobre los menores que viven situaciones de violencia machista en sus hogares. Por las denuncias y llamadas de socorro registradas, Save the Children calcula que son unos 800 000. “Es el primer gran vacío para formular políticas adecuadas que protejan a los niños y niñas”, dice la experta Orjuela.
“Se podrían detectar más casos como éste, prevenirlos y atenderlos si los profesionales que están en contacto con los menores, como profesores, médicos o servicios sociales, estuvieran formados adecuadamente”.
La ONG reclama una coordinación real entre los servicios que atienden a las mujeres víctimas de violencia de género y a la infancia. Hace unos meses, el gobierno español de Mariano Rajoy anunció una serie de medidas extraordinarias para proteger a las mujeres víctimas de violencia machista tras un repunte de las muertes en el país.
Entre ellas, la de obligar a los jueces a pronunciarse sobre la necesidad de otorgar medidas de protección a los hijos, como quitar su custodia al agresor. La ley integral contra la violencia machista, aprobada en 2004 por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, incluye a los menores como víctimas.
“Pero necesitamos medidas concretas”, dice Orjuela. Según advierte la experta, vivir en un ambiente de violencia de género afecta a todas las esferas del desarrollo del niño, que vive un ejemplo de relación desigualdad donde hay miedo, abuso de poder y comportamientos violentos. “Eso deja una huella para toda la vida”, explica.