“Yo no voy a demandar a nadie. Porque yo no quiero que ellos sufran lo que nosotros hemos sufrido”, dice Córdova. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Entrevista a Ángel Polibio Córdova, director de la encuestadora Cedatos.
Han pasado 10 meses desde que la exasambleista y ahora ministra de Justicia, Rosana Alvarado, denunció una supuesta manipulación de Cedatos en las encuestas de las pasadas elecciones presidenciales. ¿Cómo inicia este proceso judicial en contra de usted?
Este proceso se inicia con una formulación de cargos en contra de Cedatos como persona jurídica. El delito que se investigó fue una supuesta falsificación de documento. Así lo dijo la fiscal del caso.
Pero mis abogados le indicaron que cómo podía Cedatos falsificar un documento. Cedatos es la persona jurídica, que tiene la estructura, que tiene las leyes. Entonces la fiscal dice voy a formular cargos en contra del señor Polibio Córdova. Esto lo hace porque los propios abogados le dijeron que estaba equivocada, que no se hace formulación de cargos en contra de la persona jurídica.
Eso significaría que los edificios falsificaron el documento. Tiene que ser en contra de una persona. Así que en mayo del 2017 me formulan cargos. Yo estaba en EE.UU. con mi esposa, quien estaba delicada de salud.
En la última audiencia usted tuvo un quebranto en su salud y la jueza suspendió momentáneamente la diligencia. ¿Usted tiene alguna dolencia grave?
Los médicos me han dicho que tengo un higroma en la cabeza, que es la separación del cerebro con la parte ósea. Lo normal es tener un milímetro y medio, yo tengo dos milímetros. Pero cuando hay preocupaciones y no se puede controlar llega hasta 30. En ese caso tiene que ser intervenido. Pero el médico me ha dicho que lo estoy controlando muy bien, el problema es la tensión, el estrés.
Doctores de EE.UU. y de aquí me han dicho que no como bien, no duermo bien, que paso muy preocupado y por eso mi situación es catastrófica.
¿Cómo ha sido este proceso judicial para usted?
Han sido 10 meses de un verdadero calvario. Mi vida pasó a ser una vida de total persecución, acoso y amenaza. Frente a mi casa siempre están carros sospechosos. Igual en las casas de mis hijos. Una vez tuvieron que sacarles en nueve autos para despistarles. Y a cada auto les perseguían. Nosotros nunca habíamos sentido esto en la vida. Cuando yo estaba en EE.UU. con mi esposa que estaba delicada de salud, mis hijos no podían irnos ni a visitar. Decían que iban a huir. Mis hijos se fueron del país cuando la Fiscalía no halló nada en contra de ellos. Claro, sin acceso a sus correos y otras restricciones. Hemos vivido situaciones muy difíciles.
¿Usted o su familia ha recibido amenazas?
Durante todo el proceso he recibido unas 50 llamadas y mensajes intimidantes. Yo he denunciado a la Fiscalía, pero no me hacen caso. Cuando yo me asomaba a la ventana de mi oficina, me llegaban mensajes que decían: no te olvides que somos tiro certero. También me advertían que les diga a mis hijos que se pongan a buen recaudo para no llevarles presos. Yo dije de aquí no me muevo.
¿Esas amenazas algún día las hicieron personalmente?
Estoy escribiendo un libro. Se llama “Yo no me vendo”. Le puse así porque quisieron que yo me venda. Cuando se dio este proceso, me visitó una persona y me dijo que me traía un mensaje. El mensaje era el siguiente: Sabemos lo que están viviendo, la situación difícil. No estarán tranquilos hasta cuando te hayas muerto o te hayas ido de aquí. Tú no tienes idea lo que has causado, porque desgraciadamente la gente te cree. Todo está en tus manos. La propuesta es que te declares culpable y no ha pasado nada. Cualquiera se equivoca pero tú tienes que dar declaraciones públicas.
¿Cómo fue esta propuesta?
Se hizo vía personal de un elemento vinculado a los sectores superiores. Luego vino otra propuesta. Era fines de abril y ya se anunciaba que me iban a vincular al proceso. Me dijeron que tenía que acogerme al procedimiento abreviado, porque la idea era ponerme cinco años preso, pero si me acogía al proceso abreviado me iban a dar un año. Y me dijeron que ese año lo pagaría bajo arresto domiciliario. Luego me dijeron que después del año tendría toda la oportunidad de recuperar el trabajo que me han quitado. A este señor le dije: Dile al de arriba, al de abajo o a la persona con quien estás que yo no me vendo. Están comprando mi conciencia, mi libertad, mi credibilidad, mi vida. Yo no me vendo.
¿Cedatos ha perdido clientes por este proceso judicial?
Después del allanamiento a las oficinas de Cedatos. Funcionarios del Gobierno, con quienes teníamos contratos, me dicen que quieren hablar conmigo. Uno por uno me informó que iban a dar por terminado el contrato y que por favor sea de mutuo acuerdo. De esta forma, yo no iba a tener ningún problema. Eran contratos con el Gobierno. Algunas de esas negociaciones se fueron abajo. No quiero decir el número. Yo les dije por qué si hemos entregado los informes al día, los cálculos que hemos hecho son totalmente precisos, están dentro de lo previsto. Y me dijeron que entonces terminarían los contratos de forma unilateral. Mi respuesta fue yo no me vendo. Con unas instituciones terminamos los contratos, pero no se han renovado. Por ejemplo, nosotros teníamos cinco contratos en Guayaquil. Eran negociaciones que las teníamos desde hace 15 años. Todos se terminaron.
¿Su trabajo al frente de Cedatos ha cambiado?
Sí, yo no puedo estar presente en todas las reuniones de Cedatos. Recuerdo que hace unos meses, estuve en una reunión. Me desmayé dos veces y estuve en la clínica ocho días. Por Internet sacaron unas noticias falsas de mi muerte.
¿Usted se equivocó en las encuestas para la elección presidencial pasada?
No. Cedatos tiene más de 40 años de experiencia. Lo que hicimos fue un trabajo técnico y profesional. En la primera vuelta fuimos muy precisos. En otras elecciones también lo hemos sido. Nuestros datos han sido fuente de información de medios nacionales e internacionales.
¿Cómo es su relación con el actual presidente Lenín Moreno?
El papá de Moreno fue alumno de mi padre. Somos muy amigos. Somos familias luchadoras. El papá de Moreno, Serbio Moreno, fue una persona de primera. Él fue un maestro excelente y se fue a la Amazonía. Ahí tuvo a Lenín y luego fue diputado por varios periodos. Muy bueno. Al menos me decía que me tenían un cariño especial. Lenín toda la vida muy bien. Mi relación con el Presidente siempre ha sido muy buena. Yo le consulté al teléfono privado de él cuando era vicepresidente.
¿Eso ha cambiado con este proceso judicial?
Yo no he buscado ningún acercamiento. Hay amigos muy cercanos que me dicen que él me tiene mucho aprecio, que siempre está preocupado de mí. Me han dicho que él no quiere intervenir para nada en el proceso, que él no quiere influir en los jueces, fiscales, ni nada. Yo respeto su postura.
El 23 de febrero se conocerá si usted irá o no a juicio. ¿Qué espera que ocurra?
Por bien del país yo creo que no debe haber juicio. Porque ese juicio me obligará a presentar muchos documentos y pruebas, no hechas por mí, sino por expertos y peritos nacionales e internacionales en donde dicen que Cedatos hizo su trabajo de forma correcta.
¿Si se dicta un sobreseimiento a favor de usted, ha pensado en seguir procesos judiciales en contra de quienes lo denunciaron?
Yo no voy a demandar a nadie. Porque yo no quiero que ellos sufran lo que nosotros hemos sufrido. Yo no le deseo a nadie la vida tan difícil, tan dura, solitaria y de necesidades increíbles como las hemos vivido. Nuestra casa era llena de ocho nietos, los hijos venían casi todos los días. Se sentaban en la mesa y compartían. Ahora es vacía, yo casi ya no puedo ir ni almorzar por dedicarme a este proceso. Esta causa me ha quitado trabajo, he tenido que dejar de dar clases porque no tengo tiempo. He dedicado el 99% de mis días para preparar mi defensa.