Una llamada anónima puso en alerta, esta mañana, a la seguridad del aeropuerto José Joaquín de Olmedo de Guayaquil. Fue exactamente a las 10:08 cuando personal de información de la concesionaria aeroportuaria, Tagsa, contestó una llamada de un hombre que advertía sobre la presencia de explosivos en el avión de la compañía Lan que se disponía a viajar a Quito a las 10:25.
Eso obligó a las autoridades de la terminal, de la Dirección de Aviación Civil (DAC) y de la compañía aérea a suspender inmediatamente el despegue del avión y a evacuar a los 159 pasajeros que estaban a bordo de la aeronave.
Luego de cumplir con este procedimiento, el avión fue trasladado a un costado de la pista, cerca de la estación de bomberos que está dentro del aeropuerto, donde se realizó la inspección. Los encargados de esta labor fueron los agentes de la brigada de explosivos del Grupo de Intervención y Rescate (GIR). Después de una revisión exhaustiva con canes detectores de explosivos, los uniformados confirmaron que se había tratado de una falsa alarma.
Según Adriana Zambrano, jefe del aeropuerto en representación de la DAC, reveló que la llamada fue de un hombre joven. Pero dijo que van a dar todas las facilidades a las entidades correspondientes para que investiguen quién o quiénes realizaron la llamada.
Pese a esto las operaciones de la terminal aérea no se suspendieron. Entre las 10:08 y las 12:25, hora en la que se levantó la alerta, despegaron y aterrizaron con normalidad vuelos nacionales e internacionales.
Representantes de la DAC, Tagsa, LAN y del departamento de seguridad del aeropuerto se mantuvieron reunidos hasta las 13:00 en las instalaciones del aeropuerto. Ahí esperaron los resultados de la revisión de los agentes del GIR y se mantuvieron atentos por si se confirmaba que la avertencia era cierta.
Miguel Navarrete es uno de los pasajeros que se encontraba dentro del avión que sufrió el percance.
Contó que aproximadamente a las 09:50 abordó la nave con destino a Quito y que, solo unos minutos después, el capitán solicitó a los pasajeros abandonarla y retornar a la sala de preembarque.
Según Navarrete, los pasajeros fueron retenidos dos horas en el lugar. Él expresó su molestia por la falta de información otorgada tras el percance.
“No hubo nadie que pida disculpas. Pasamos ahí y no nos dieron ni agua”, relató.
Según un comunicado remitido por el departamento de relaciones públicas de la aerolínea, la nave se reincorporó a sus actividades una vez que se descartó la presencia de explosivos. Los pasajeros, que estuvieron cerca de dos horas retenidos en el área de pre embarque, fueron ubicados en los vuelos siguientes.