Una llamada alegró ayer a Aliaksander Barankov. Era su madre, desde Bielorrusia. La mujer le contó que su salida del penal García Moreno fue un aliento para su padre, quien está hospitalizado.
El bielorruso estuvo detenido 83 días y recuperó la libertad después de que la Corte Nacional fallara a su favor. El alto tribunal negó un pedido de extradición que hiciera Bielorrusia a Ecuador. La justicia de su país lo buscaba por un supuesto delito de fraude.
Desde que salió de la cárcel, el extranjero buscó intimidad para estar con sus allegados, en Quito. Dio escasas declaraciones a la prensa a la salida del lugar, se embarcó en un jeep, pasó unos minutos por la oficina de su abogado, Fernando Lara, y se dirigió al norte de la capital para encontrarse con su pareja.
Mas, en la tarde del miércoles hizo una aparición virtual. El bielorruso se creó una cuenta en Twitter (@albarankov). “Gracias a todos por su solidaridad”, fue el primer tuit que publicó cerca de las 23:00.
Después agradeció a los medios y a su pareja a través de esta red social. “Yo sabía que no estoy solo”.
Ayer, en declaraciones a este Diario, Barankov contó que sus primeras llamadas fueron a sus padres, a quienes no ha visto desde el 2009, cuando salió de Bielorrusia por considerarse un perseguido político. Él habría realizado denuncias de supuestas irregularidades del Gobierno del presidente de su Nación, Alexander Lukashenko.
En su antigua página de Facebook, sus amigos en esa red le desearon ‘feliz cumpleaños’. “No estoy de cumpleaños, solo que mis amigos consideran que salir del penal causa esa misma felicidad”, aseguró.
Hoy irá a un médico para un chequeo general. Mientras estuvo detenido en el penal sufrió una recaída por dos abscesos (acumulación de pus). Estuvo en el policlínico, donde se recuperó.
Para hoy está previsto que el bielorruso acuda a la Cancillería. Allí buscará renovar su documento provisional de refugiado que caducará el 6 de septiembre. “Espero que mañana (hoy) pueda tener el certificado (por dos años) de refugio”.