“Ustedes tienen el gran reto de transformar la justicia” se escuchó por el altoparlante y unos 300 de los 2 985 aspirantes a jueces y juezas de cortes provinciales, tribunales penales y juzgados de primer nivel, que se dieron cita en el Salon Saint Moritz del Swissotel, norte de Quito, abrieron sus cuadernillos de preguntas.
Así inicio la mañana de hoy la jornada de evaluación de gravedad sicológica de quienes buscan incluirse en la terna de 313 nuevos jueces a escala nacional.
El exámen constó de 360 preguntas relacionadas con la idoneidad sicológica de los jurisprudentes y se realizó simultáneamente en Guayaquil, Ambato y Cuenca.
Una de ellas, la número 254 indagaba sobre si el aspirante a veces toma una copa de bebidas alcohólicas en la mañanas.
La pregunta 269 le cuestionaba al futuro juez si creía que la gente le tiene mala voluntad.
Christian E. lleva doce años involucrado con la jurisprudencia y fue el primer aspirante en salir de la sala a eso de las 10:20, el compite por un cargo en un tribunal penal de Quito y manifestó que las preguntas se referían a varios temas personales, “Se repetían en varias ocasiones como para caer en las repreguntas (rie)”.
Soraya Bohorquez, asesora del Consejo Nacional de la Judicatura Transitorio, entidad encargada del proceso, explicó que en este exámen invalida a quienes muestran un perfil demasiado bueno, pues en su ambición de presentar una evaluación positiva de su imagen se puede incurrir en las mentiras.