Redacción Guayaquil
Una pincelada entre cañas guadúas y maderas. Un encuentro con lo cotidiano desde la cárcel. Una mezcla de sangre con una pizca de estética. Esas son las sensaciones que evocan las obras ganadoras de la quincuagésima edición del Salón de Julio.
Entre 199 trabajos, el de Lenin Mera Constante se coronó como el primer lugar. Confort y lujos, viva como un rey es una estructura desmontable, armada con 82 latas de sardina que forman una corona.
Cada lata es una ventana de la realidad de los barrios populares de Guayaquil: casas de caña, lavanderas en balcones, niños
jugando en los portales de madera son los momentos que Mera plasmó con la técnica de óleo sobre impresión digital.
“Es el ambiente en donde vivo. Cada pieza es una realidad que marca el estilo de vida en los barrios, donde se vive apretado”, cuenta Mera, quien destinó tres meses a la obra.
Tras las rejas. Así surgió la idea de Pedro Gavilanes Sellán, ganador del segundo premio. “Estuve detenido en la cárcel de la Comisión de Tránsito por una contravención. Con lápiz y papel dibujé lo que vi en los cuatro días que estuve allá”.
Siete dibujos y siete documentos del trámite que siguió para salir de la cárcel forman su obra 0,500 gl. Los bocetos y el papeleo están enmarcados. Y entre las dos láminas de vidrio que protegen a los lienzos, una mancha de agua se desliza.
La sangre humana da vida a Pasado mañana es miércoles. La pieza de la cuencana Janneth Méndez Salamea obtuvo el tercer premio. Los pedazos de papel de arroz impregnados con la sangre se transforman en molduras. “Mis obras son bastante intuitivas, son casualidades, experimentaciones siempre con la búsqueda de la estética”.
Las menciones de honor, escogidas entre 19 trabajos, fueron para Documentación, de Juan Carlos León, y Cierre de campaña, de Patricio Ponce Garaicoa. La ceremonia de inauguración y premiación será hoy a las 19:00, en el Museo Municipal.