El obispo de Loja, Walter Heras, dijo que no habrá una peregrinación masiva, por lo que la gente no va a poder caminar, ni llegar al santuario de El Cisne. Foto: archivo / EL COMERCIO
La pandemia ocasionada por el covid-19 modificó, por primera vez en su historia, la romería que se realiza cada agosto en honor a la virgen de El Cisne. A diferencia de los años anteriores, esta ocasión el traslado de la imagen se cumplirá exclusivamente en vehículo y sin la presencia de los fieles.
La tradición era que la fiesta principal en la parroquia lojana de El Cisne se cumpla el 15 de agosto de cada año. El 17 iniciaba su recorrido acompañada de miles de devotos hacia San Pedro de la Bendita, al día siguiente avanzaba hasta el cantón lojano de Catamayo donde permanecía hasta el 19 de agosto. La tarde del 20, en cambio, ingresaba a la capital lojana.
Este año, el cronograma se mantendrá, pero no así la masiva afluencia durante estos días peregrinación. Además, se prohibió la aglomeración en templos y plazas y habrá control de aforos.
También están suspendidas las noches del peregrino, las bandas de pueblo y la quema de pirotecnia. Finalmente, se elaborarán protocolos para que sean analizados por el COE provincial de Loja.
La resoluciones se adoptaron en una sesión de trabajo en la Diócesis de Loja. Según el obispo, Walter Heras, no habrá una peregrinación masiva, por lo que la gente no va a poder caminar, ni llegar al santuario de El Cisne. “La fe tiene que seguir en firme, pero tenemos que ser obedientes en esta situación nueva que estamos viviendo”.
Luego que la virgen llegue a Loja se tiene previsto -en días posteriores- efectuar un sobrevuelo por los cantones de la ciudad. La imagen permanecará en la catedral lojana hasta el 1 de noviembre como es costumbre y después retornará a El Cisne.
Otra decisión adoptada en la Diócesis son los trajes que lucirá la imagen. Desde El Cisne saldrá con un atuendo de campesina como un homenaje a los agricultores que no han dejado de trabajar durante este confinamiento para proveer de alimentos a las ciudades.
Luego lucirá los trajes de policía y militar por la labor que han cumplido estas instituciones. Finalmente, llegará el 20 de agosto a Loja con un uniforme de médico como agradecimiento al esfuerzo realizado por estos profesionales y las enfermeras durante la emergencia sanitaria, señaló Sócrates Chinchay, párroco del Santuario de El Cisne.