Río de Janeiro. AFP
Las autoridades de Río de Janeiro comenzaron ayer la demolición de casas en zonas de riesgo en ocho favelas, para evitar muertes tras las peores lluvias en décadas.En tanto, el presidente Lula da Silva prometió ayuda sin “límite” para el Estado. Las inundaciones y deslizamientos de tierra por las lluvias fuertes caídas entre lunes y martes de la semana pasada, por más de 20 horas, dejaron en el estado de Río de Janeiro 229 muertos y 53 000 desalojados o desabrigados. “Haremos todo lo que sea necesario (para ayudar a Río)”, dijo Lula en su programa semanal de radio. El domingo, el gobernador Sergio Cabral anunció que el Gobierno Federal prestará a Río USD 2 295 millones para atender daños y que USD 554 millones serán para un plan de viviendas y remoción de favelas en áreas de riesgo. En la favela Morro de Urubú, en Pilares, las excavadoras destruyeron ayer 300 casas clausuradas por la Defensa Civil.