Augusta (EE.UU.), DPA
El furor por la vuelta de Tiger Woods al golf se hace palpable a medida que el tránsito se acerca a la arteria principal de la ciudad, la Washington Road, en vísperas del arranque, mañana, del Masters de Augusta.
La crisis desatada en 2008 en EE.UU. marcó una baja importante en la oferta hotelera, cantidad de espectadores y venta de merchandising para el siguiente año.
Sin embargo, y a pesar de que la crisis se siente en cada rincón del estado de Georgia, el retorno del estadounidense Woods al circuito tras sus escándalos amorosos ha reactivado la economía de la zona.
Las calles volvieron a poblarse de gente vestida con atuendo golfístico y las manos parecen no alcanzarles para llevarse cuanto souvenir sea posible, con el afán de aferrarse por siempre al recuerdo del denominado “Retorno del Tigre”.
Un regreso que ha movilizado a más de 80 efectivos del FBI (Buró de Investigaciones Federales), quienes han montado para esta edición un sistema de seguridad similar al que utilizan para custodiar al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.
En un estado tan conservador como el de Georgia, donde las leyes se cumplen a rajatabla, estas medidas lejos están de llamar la atención.
Pero para el público que llega desde distintos lugares del país y el mundo, someterse a los controles de seguridad en la entrada y transitar por lugares de acceso diferentes a otros años, no deja de ser sorprendente y, en algunos casos, hasta un tanto molesto.
El operativo ha modificado los lugares de estacionamiento, inclusive los de la propia prensa, que debe movilizarse en un transporte de enlace por la larga distancia que debe recorrer hasta el lugar de trabajo.
Es que Tiger Woods lo puede todo y mucho más. Mientras algunos creen que Tiger ya está librado de culpa desde el momento que decidió autoflagelarse ante el público y reconocer que ningún “Major” ganado equipara el mal que le hizo pasar a su familia, muchos otros descreen de sus dichos.
Por lo pronto, la estrella porno Joslyn James dijo que Tiger es un hipócrita y su actual mujer, Elin Nordegren, si bien no ha hablado, tampoco ha sugerido la posibilidad de acercarse esta semana por Augusta National.
En consecuencia, la conducta de Woods parece no haberse redimido por lo menos en cuanto a las personas que más cerca estuvieron de él en los últimos tiempos.
El número uno del mundo sabe que el retorno no será fácil, por eso irá midiendo el comportamiento de la gente de acuerdo a la situación.
Por lo pronto, evitará hacer cualquier festejo estridente y gestos ampulosos, aunque de a poco irá buscando interactuar con el público hasta volver a ganarse la confianza de ellos.
Escondido bajo sus anteojos de sol y luciendo una barba candado como nuevo look, Tiger Woods saldrá mañana a la cancha tratando de jugar mucho más suelto que durante las rondas de prácticas, en donde se lo notó bastante tenso y errático.
Las cartas están echadas. Mañana se producirá la gran vuelta del número uno del mundo. El público está ávido por verlo jugar.
La reventa de entradas resurgió como en los viejos tiempos, aunque la crisis norteamericana bajó mucho los valores respecto a otros años. Con apenas 100 dólares se puede ver una vuelta de práctica en el Masters, con un Tiger también devaluado, pero dispuesto a hacer subir otra vez sus acciones hasta cifras inimaginables