El pasado jueves 10 de enero de 2019, dos trabajadores de Emaseo recogieron la basura en uno de los recolectores nuevos, en el sector de Puengasí. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
El retraso en la recolección de basura en los barrios de Quito pasó de 9 000 toneladas (equivalentes a cuatro días de rezago) a 1 000 toneladas (equivalentes a medio día).
Ese es el balance que realiza Emaseo, al cumplirse el primer mes de trabajo de los 19 camiones recolectores nuevos que llegaron a inicios de diciembre y los nueve que se unieron a fines de ese mes.
Estos automotores recogen basura en toda la ciudad, pero el principal refuerzo se aplicó en los barrios del sur y del centro, por ser los que más puntos críticos tienen todo el año.
La crisis en este servicio alcanzó su punto máximo a fines del 2017 y se mantuvo al menos durante los primeros dos meses del 2018. Juan Neira, gerente de Emaseo, explica que al asumir el cargo, en enero del año pasado, debió hacer una reingeniería de la empresa y formar un equipo técnico, organizado por especializaciones.
Juntos armaron un plan de contingencia que incluyó la contratación ocasional de 600 personas para trabajar en 85 volquetas, ocho plataformas y cuatro montacargas, además de los 75 recolectores activos con los que contaba la empresa. Esto, según Neira, significó un desembolso adicional de USD 1,4 millones mensuales para prestar el servicio.
En la avenida Simón Bolívar, en el sur, los habitantes acumularon ayer la basura en un espacio al pie de una ladera. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Poco a poco se prescindirá de estos vehículos con los que se hace una recolección manual de la basura, que la gente deposita en los contenedores.
Moradores de El Beaterio Alto, San Martín de Porres y San Bartolo, en el sur, piden a Emaseo mejorar los sistemas de recolección. Pero también coinciden en que a los ciudadanos les falta ser más educados, ordenados y aprender a sacar los desperdicios de acuerdo con los horarios.
En El Beaterio Alto, a la altura de la avenida Simón Bolívar, esta semana todavía había una gran cantidad de desperdicios. Bolsas repletas yacían a la intemperie y los desechos estaban regados porque los perros rompían las fundas. Cientos de mosquitos volaban sobre ellas.
Para la vecina Rosa Molina, el problema radica en que la gente no respeta los horarios para sacar la basura de las casas. Lo hace a cualquier hora y en esos momentos se acercan los canes para buscar comida entre los desperdicios.
Pero también cuenta que el recolector no está haciendo el recorrido usual. “A veces viene y otras no. Se supone que está aquí los martes, jueves o sábado, pero ocurre que un día de esos no viene. Aparte, a la gente le importa poco el aseo”.
En la calle Diógenes Paredes, en La Luz (norte), alguien dejó este material reciclable fuera del contenedor. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Paúl Luzuriaga, coordinador general técnico de Emaseo, señala que a fin de mes llegarán cuatro recolectores nuevos de carga lateral, que ayudarán a mejorar la recolección de basura contenerizada. Pero cree que para que mejore el servicio también hace falta colaboración de la gente, que debe sacar la basura en horas y días indicados y cuidar los contenedores.
Durante los feriados de Navidad y fin de año, en la ciudad hubo un incremento de producción de basura del 15 y el 18%. En los primeros días del año se hizo una evaluación de los contenedores y se concluyó que 1 400 requieren de reparaciones: 35 fueron incendiados en quemas de años viejos y basura, 46 sufrieron conato de incendio, 1 000 fueron chocados o golpeados y 300 fueron vandalizados.
En estos días, los trabajadores de Emaseo se han encontrado con árboles navideños dentro de los contenedores. Y como en todo el año, es usual que la gente bote hasta piezas de electrodomésticos en estos recipientes que solo deben recoger basura común.
Sixta Arce vive desde hace 25 años en el barrio San Martín de Porres. A su juicio, los problemas se presentan porque la gente acumula los desechos en la esquina de las calles V y O. (Los recolectores) “pasan, miran la basura y la dejan, eso ocurre siempre”. Pidió que allí se instale un contenedor. Agrega que los vecinos no se ciñen a los horarios de recolección.
Lo mismo opina Janeth Vasco, quien vive en San Bartolo. Se queja de que la basura se amontona en la Pimampiro y Catarama y esto atrae a roedores que luego se meten en las casas. Ella pide que se vuelvan a colocar los contenedores que había y fueron retirados.
Neira y Luzuriaga informaron que estaba previsto que dentro del contrato con el consorcio Recobaq se repotenciaran 14 camiones de carga lateral, pero la empresa decidió entregar vehículos nuevos, por el mismo costo. Emaseo pagará USD 73,7 millones por los camiones y su gestión en los próximos cinco años.