Redacción Guayaquil
Amplios sectores de las parroquias San Carlos y Jesús María, cantón Naranjal, se mantienen bajo el agua. Los niveles de la inundación producida desde el domingo pasado, con el desbordamiento del río Cañar, no disminuyen.
La constante creciente del afluente en las últimas horas ocasiona permanente zozobra en los habitantes de varios recintos como Puerto Inca, Trovador, Estrella I, II y III, Las Cañas, El Mango, La Montañita, San Jacinto…
La tarde del pasado jueves el río Cañar, a la altura del puente en Puerto Inca, amenazó con rebasar la carretera. Eso ocasionó que grandes extensiones de cultivos en el campo estén bajo el agua.
En Virgen de las Mercedes, también conocido como recinto Trovador, el agua sigue dentro de las viviendas. Arturo Gorotiza, agricultor de la zona, dice que el agua se mantiene dentro de las plantaciones. “El nivel del estero bajó pero acá adentro (en el campo) el agua quedó estancada sin posibilidad de evacuar”.
Él perdió ya dos hectáreas de plátano. Y teme daños mayores pues el margen del río Cañar, que da hacia su plantación, está socavado. Dice que hace meses Cedege estuvo colocando piedra de escollera para proteger la ribera, pero faltó un tramo de unos 80 metros que es donde se está temiendo que el afluente rompa.
Sobre otra zona de Trovador, Cruz León se resignó a perder su cacao sembrado. Dice que los muros debieron estar mínimo a 3,5 m de altura pero apenas están a 1,5 m. El jueves este agricultor quedó incomunicado con la vía principal de 08:00 a 14:00.
La creciente del estero Estrella cortó el camino. Por ello, Maquinaria de la Secretaría Nacional del Agua (Senagua) empezó la tarde del jueves tareas de complementación de los muros de protección que quedaron inconclusos en el verano. El ingeniero Jorge Espinoza dijo que son 1 500 metros. La obra demorará de dos a tres semanas, dependiendo de que no haya más lluvias.
Carmen Reyes, una de las agricultoras de la zona, cuestiona que en el estero no se instalaron unas compuertas en las alcantarillas construidas por Cedege. “Por ello el agua entró con facilidad”. En este sector calculan que hay 150 hectáreas perdidas.
En otro punto de Naranjal, en La Florenciana, parroquia Taura, los moradores temen quedar incomunicados. El río Boliche mantiene anegadas extensas zonas.
Jacinto Castro, morador, explica que el agua ya está llegando hasta el caserío y teme que de desbordarse el afluente la afectación será mayor. Este recinto, ubicado a 5 km de un camino de tierra desde Taura, cuenta con 142 habitantes de los cuales 70 son niños.
Mayra Reyes dice que hace dos años la población quedó inundada y que el año anterior entró menos agua, pero tuvieron inconvenientes de salud. Por ello, piden más atención de las autoridades.
Los entretelones
Junto al río Cañar, en el puente de Puerto Inca, los trabajos de reforzamiento del muro molestan a Benjamín, Inés Riofrío y Celia Tobar. Más de la mitad de las paredes de sus casas hoy están cubiertas por cascajo.
En el sitio, donde personal de la Prefectura del Guayas coloca sacos con arena para proteger el muro, hay una retroexcavadora del mismo organismo. La máquina está ahí para limpiar el lecho del río si este es interrumpido.
La Prefectura del Guayas habilitó la línea especial 2454177. Allí, los habitantes de la provincia podrán reportar, las 24 horas, emergencias y daños ocasionados por las lluvias y las inundaciones. También se atienden emergencias de salud.
Malestar entre los afectados
Los pobladores y dirigentes de los diversos recintos afectados por la lluvia, en el cantón Naranjal, al sur de Guayas, estuvieron, ayer a las 13:00, a punto de cerrar el puente que conecta a Guayas con El Oro, sobre el río Cañar.
Los dirigentes y pequeños y grandes productores de la zona se reunieron en la escuela de la localidad para evaluar lo que ellos consideran una acción poco efectiva, especialmente por parte del Gobierno Nacional, frente a la emergencia en el sector.
Emilio Cedeño, dirigente de los agricultores de Puerto Inca, dijo que suspendieron, momentáneamente, la medida de hecho. Ellos recibieron un llamado de la secretaria Nacional de Gestión de Riesgos, María del Pilar Cornejo.
Ella, señalaron los dirigentes, se comprometió a enviar, lo más urgentemente, brigadas de fumigación y médicos a los recintos afectados, así como gestionar la movilización de maquinaria.
Los agricultores del sector señalan que, hasta ahora, los trabajos que se han visto, para enfrentar la emergencia, son los realizados por la maquinaria de la Prefectura del Guayas y equipos financiados por el sector privado.
Bananeros de la zona, desde agosto, contrataron 14 máquinas para la limpieza de la palizada y el retiro de sedimentos.