Vista de una explosión sobre un almacén de misiles controlado por el movimiento chií de los hutíes, tras un bombardeo de la coalición árabe liderada por Arabia Saudí en Saná. Foto: AFP
La coalición dirigida por Arabia Saudita intensificó los bombardeos contra los rebeldes chiitas hutíes este lunes 11 de mayo, en vísperas de un alto el fuego propuesto por Riad, al tiempo que los insurgentes continuaban disparando hacia territorio saudí y afirmaban haber derribado un avión de la coalición.
Pese a las buenas perspectivas que conlleva la inminente tregua, los rebeldes chiitas bombardearon nuevamente varias provincias saudíes transfronterizas, matando a un paquistaní y a un saudí, según Riad.
Con ellos, ya son 12 los civiles muertos en la frontera desde que los insurgentes yemeníes comenzaron a disparar con morteros y cohetes la semana pasada contra territorio saudí, lo que llevó a la coalición árabe a intensificar sus bombardeos.
La televisión de los rebeldes, Al Massirah, afirmó que los insurgentes habían derribado un avión de la coalición en Wadi Nushur, en la provincia de Saada, bastión hutí en el norte de Yemen, y difundió imágenes de los restos del aparato.
Una fuente oficial saudí indicó que se había abierto una investigación para “determinar la localización exacta” de un avión marroquí desaparecido, que “se encontraba con seguridad en territorio yemení con un único piloto a bordo”.
Seis F-16 de la fuerza aérea marroquí participan en la campaña de bombardeos contra los rebeldes hutíes en Yemen, según la prensa marroquí.
Por su parte, la aviación de la coalición liderada por Arabia Saudita intensificó los ataques contra las posiciones rebeldes.
Los hutíes fueron intensamente bombardeados tanto en Saada, norte de Yemen, como en Saná, según los habitantes, que indicaron que se trataba de los bombardeos más violentos desde el inicio del conflicto.
En la capital, un doble ataque contra un depósito de armas y municiones en manos de los rebeldes desencadenó una serie de potentes explosiones que dejaron al menos cinco muertos, según fuentes médicas.
Las explosiones fueron tan intensas que hicieron saltar por los aires varias piezas de artillería, aterrizando una de ellas sobre el tejado de un edificio residencial cercano.
Asimismo, los rebeldes chiitas sufrieron siete bombardeos consecutivos en Ataq, capital da la provincia de Shabwa, sur del país.
También fueron bombardeadas posiciones rebeldes en Taez (sudoeste) , Mareb (al este de la capital) , Hajja (norte) y Baida (centro) , indicaron testigos.
Civiles atrapados
Los civiles intentaban huir de Saada, donde, según residentes, las zonas cercanas a la frontera eran bombardeadas por la artillería y recibían disparos de misiles.
Unos 70 000 civiles huyeron en los últimos tres días de esta provincia, según organizaciones humanitarias.
“Vivimos una situación muy difícil. Queremos irnos de Saada pero no podemos hacerlo debido a la falta de dinero y a la escasez de carburante”, explicó uno de los habitantes.
“Los hutíes intentan impedir que la gente huya”, agregó.
El bloqueo impuesto por la coalición priva a Yemen del “carburante necesario para la supervivencia de la población, lo que viola las leyes de la guerra”, denunció el lunes la organización Human Rights Watch (HRW).
Arabia Saudita propuso el viernes un alto el fuego de cinco días a partir del martes.
Los hutíes afirmaron el domingo que estaban dispuestos a “reaccionar positivamente ante cualquier esfuerzo, llamado o medida que permita terminar con el sufrimiento” de la población yemenita.
Sus aliados, los militares cercanos al expresidente Ali Abdalá Saleh, se pronunciaron en el mismo sentido.
Según la ONU, unas 1.400 personas, en gran parte civiles, murieron y 6 000 resultaron heridas desde el inicio del conflicto.
La creciente inestabilidad en Yemen ha permitido a Al Qaeda ampliar su margen de actuación, pese a la determinación de Estados Unidos por seguir combatiendo a su filial en la Península Arábiga (AQPA), considerada por Washington como la más peligrosa de la red extremista sunita.
El lunes, un dron, probablemente estadounidense, mató a cuatro supuestos miembros del AQPA en Mukala, gran ciudad del sureste de Yemen conquistada por Al Qaeda a principios de abril.